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Las cuatro horas que pueden llevar a María Jesús Montero a sentarse como imputada ante el juez

En pocos días, el Tribunal Supremo decidirá si abre una investigación contra la responsable de Hacienda por desvelar datos confidenciales de un ciudadano particular, el novio de la presidenta Ayuso. La clave puede estar en lo que ocurrió en 240 minutos

La vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús Montero

La vicepresidenta segunda y ministra de Hacienda, María Jesús MonteroJesus Hellin/STUDIO MEDIA 19

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Félix Hernández

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María Jesús Montero está más cerca del banquillo. El Tribunal Supremo va a decidir próximamente, es cuestión de días, si abre una investigación contra ella por presunta revelación de secretos, un delito que conlleva penas de inhabilitación e incluso prisión de hasta cuatro años en función de la gravedad del mismo. La denuncia sobre la que tienen que decidir los jueces es la presentada por la Fundación Foro Libertad y Alternativa. 

La opinión de muchos juristas es que la ministra de Hacienda vulneró la ley al hacer referencia ante la prensa a datos confidenciales de un particular, el novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Alberto González Amador. Se trata de datos que ni siquiera debía conocer Montero por muy ministra que sea. 

De hecho, la Ley General Tributaria establece que no solo son datos reservados sino que el acceso a los mismos está restringido exclusivamente a los supuestos que establece la propia norma. Desde luego el aprovechamiento político y partidista de esos datos no es uno de ellos. 

Cuatro horas del 12 de marzo de 2024

Para que el Supremo decida si investiga a Montero es clave lo sucedido en cuatro horas del pasado 12 de marzo, concretamente entre las 17:30 y las 21:37 horas de ese día. 

A las 17:30 aproximadamente, María Jesús Montero hizo unas declaraciones a los medios de comunicación en el Senado en las que exigía explicaciones a Ayuso por los problemas fiscales de su novio. "Requiere que la presidenta de la Comunidad de Madrid dé explicaciones y actúe con absoluta transparencia respecto a si efectivamente, como se ha publicado en los medios de comunicación, está viviendo en un piso que se pagó con fraude a la Hacienda Pública y que se pagó con las comisiones respecto a las mascarillas en la peor situación de pandemia", dijo entonces literalmente. 

El problema es que esa información de que el presunto fraude fiscal estaba relacionado con un negocio de venta de mascarillas en la pandemia se desconocía a las 17:30. No fue hasta cuatro horas más tarde, a las 21:37 cuanto Eldiario.es adelantó en primicia la información. "La pareja de Ayuso cobró dos millones de euros en comisiones por contratos de mascarillas", decía el titular del artículo. 

María Jesús Montero va a tener que explicar muchas cosas para librarse de una imputación. La primera es cómo conocía esa información del presunto fraude fiscal del novio de la presidenta de la Comunidad de Madrid si la noticia se publicó 240 minutos después de sus palabras en los pasillos del Senado. 

La segunda es si fue ella la que se lo filtró a Eldiario.es o si fue el periódico el que le adelantó la información a la ministra antes de publicarla. El caso es que todo indica que, le llegara como le llegara, ella fue la que lanzó a la opinión pública datos confidenciales de un ciudadano que en ningún caso debía conocer. 

Montero se defendió como pudo en aquellos días, en plena polémica sobre sus palabras contra el novio de Ayuso. La ministra negó la evidencia en los pasillos del Congreso: "Yo no he dicho nada, ha sido una publicación de los medios de comunicación". 

En todo caso, aunque Montero solo se hubiera hecho eco de una información de los medios sobre datos fiscales confidenciales de un particular, no parece muy adecuado que la ministra de Hacienda, que es la que custodia esos datos, les de veracidad repitiéndolos ante la prensa.

Sea como fuere, la ministra Montero podría llevarse un disgusto serio por esas palabras si el Tribunal Supremo admite a trámite la querella y abre una investigación contra ella. 

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