Sánchez busca mantenerse en La Moncloa pero sin gobernar: se niega a llamar a Junts y al PP para negociar

Otra Ley defendida por Sánchez rechazada en el Congreso. Pasando lista de los diputados del PSOE, con Pedro Sánchez obligado a asistir al pleno del Congreso de este martes y, aún así, se rechazó la 'ley del alquiler' por el voto en contra de Junts. 172 votos a favor y 178 en contra. Y es que la anunciada, esta mañana, abstención de los de Puigdemont -que finalmente se convirtió en un vota en contra- desbarató todos los esquemas de un Gobierno que, finalmente, no consiguió salvar la norma in extremis a pesar del voto a favor del PNV. 

La razón, ya habitual, no es otra que la negativa de un Ejecutivo que aboga por doquier por la "regeneración democrática" de dialogar y negociar -muy sano y necesario en una democracia- las políticas con la oposición (especialmente con el Partido Popular, el principal grupo parlamentario en el Congreso) o, incluso, con sus exigentes socios de Junts. Nada. Ni una llamada hubo.

"Criticamos las formas, ya nos dijeron incluso antes del verano que se negaban a cambiar hasta una coma", destaca a ESdiario una muy destacada fuente de Junts en referencia a la ley del alquiler: de ahí, en gran parte, su abstención en el Congreso de este martes. En este sentido, los de Puigdemont reconocen a este periódico que la investidura del socialista Salvador Illa, gracias al pacto que el PSOE y ERC -en pugna con Junts- alcanzaron, marcó "un antes y un después" en sus ya de por sí difíciles e inestables relaciones. 

El Gobierno se niega a negociar la base de los Presupuestos

Sin embargo, la "mayoría progresista" en la que Pedro Sánchez se escuda para asegurar que agotará la legislatura se muestra del todo inexistente con la Ley de Presupuestos Generales. No hay un ejemplo más claro que ese.

Y es que todo indica que el Gobierno ya ha desistido de su segundo intento -el primero ha sido el año pasado- de sacar adelante las nuevas Cuentas del próximo año. De otra forma es incomprensible, tal y como certifican a ESdiario desde Junts, que "no nos hayan llamado" para, tan siquiera, negociar la imprescindible senda de estabilidad que constituye la base de los Presupuestos Generales.

No solo a Junts. Mucho menos han llamado al PP. "¿Pero qué Presupuestos? A nosotros nadie nos ha llamado", contestan con sorna los destacados populares consultados. 

Cabe destacar que sacar adelante los Presupuestos no es, para nada, sencillo. Tras aprobar la senda de estabilidad en el Consejo de Ministros, ésta debe pasar al Congreso y, si el Ejecutivo reúne los apoyos suficientes, llegará al Senado. Allí es previsible que la mayoría absoluta del PP tumbe la nueva senda. Pero no pasaría nada porque el Gobierno que viene a “regenerar la democracia” con su "Plan de Acción por la Democracia" ya se ha encargado en el pasado junio y a través de una enmienda en la ley de Paridad -que nada tiene que ver con los Presupuestos-, de eliminar la capacidad de veto del Senado sobre los objetivos de estabilidad.

El PSOE reconoce que sin nuevos Presupuestos es difícil gobernar

"Queremos hablar de los contenidos de los Presupuestos, no de apoyos a cambio de cosas", asegura un muy destacado socialista, de la confianza de Pedro Sánchez, a ESdiario. Lo afirma este martes, precisamente un día después de que Pedro Sánchez haya puesto encima de la mesa 5.000 millones para las comunidades autónomas, diputaciones provinciales, ayuntamientos y cabildos a cambio del voto a favor de los grupos parlamentarios a los Presupuestos.

Sea como fuere, no hay llamadas ni negociación por parte del Gobierno a los distintos partidos políticos que conforman la Cámara Baja. Y sacar adelante las nuevas Cuentas es sinónimo de poder gobernar con garantías. Algo que hasta reconocen a este periódico, quizás sin querer, las mismas solventes fuentes del PSOE consultadas: "Son Presupuestos muy importantes que dan continuidad a las políticas que hemos aprobado con el resto de grupos", aseguran.

En otras palabras, que sin nuevos Presupuestos es muy difícil, incluso, "dar continuidad" a las políticas pactadas con sus propios socios. Mucho más elaborar nuevas. Máxime cuando el mantenimiento de Sánchez en el poder se basa en repartir fondos y promesas -incluso traspasando líneas rojas- por doquier.