El PSOE prepara un encuentro en el extranjero con Puigdemont para evitar más “gamberradas”
La relación PSOE-Junts no pasa por su mejor momento y Sánchez quiere que las aguas vuelvan a su cauce lo antes posible sabedor de que necesita los votos de los independentistas que, por otro lado, saben que tienen la sartén por el mango.
Pedro Sánchez conversa con Santos Cerdán, entre otros, en el Senado.
El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, está preparando una reunión fuera de España con Carles Puigdemont. Se producirá en los próximos días si es posible (tal vez la semana próxima). Así lo aseguran algunas voces socialistas que en los últimos días han hecho público su asombro, ante la “deslealtad” de los independentistas de Junts, que ya les han hecho saber que su lema a partir de ahora es “Por nada, nada y mucho, por mucho”.
Es decir, que al Gobierno que prometió y no dio la amnistía para Puigdemont o que ha jugado sus bazas para colocar al socialista Salvador Illa al frente del Gobierno de la Generalitat de Cataluña dejando al ex presidente fugado con tres palmos de narices, tampoco le piensan dar nada.
Carles Puigdemont junto a Miriam Nogueras, Laura Borrás y Toni Comín.
Pero eso no es del todo cierto, porque esta semana le han regalado algún “disgusto” que otro -con recochineo incluido- al comprometer inicialmente una abstención que permitía la aprobación de una Proposición de Ley para limitar los alquileres temporales y cambiar por sorpresa el sentido de su voto en el último momento.
Al final jugaron y se ensañaron con el Gobierno Sánchez y votaron “no” para evidenciar la debilidad del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez. Y para más INRI, esperaron a que el presidente del Gobierno estuviese presente en el Congreso para cambiar el sentido de su voto y obligar a Sánchez a presenciar, en primera persona y desde su escaño, su derrota parlamentaria. Y lo que te rondaré, morena…
El diputado de Junts Josep Maria Cruset y la portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras.
"¡Houston, tenemos un problema!", pues la mayoría que permitió a Sánchez llegar a la presidencia del Gobierno ni es progresista, ni es leal, ni tiene por qué ser mayoría. Ante este cúmulo de despropósitos parlamentarios, Santos Cerdán no tiene más remedio que tratar de ponerse al habla con el propio Puigdemont para intentar obtener un periodo de calma y -por pedir que no quede- un eventual apoyo a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que no parece que vayan a contar con los votos necesarios para ser aprobados y, desde luego, no lo serán en tiempo y forma.
En el PSOE vuelve a planear la posibilidad de un adelanto electoral este invierno, justo después de la celebración del 41 Congreso Federal del PSOE. Para ser sinceros, nadie sabe nada. Ni siquiera el propio Pedro Sánchez sabe qué hará dentro de unos meses. Lo que sí es cierto es que todo su entorno, el que negó tajantemente la posibilidad de un adelanto electoral para este otoño, ahora duda e incluso no descarta que “el jefe” o el “gran jefe” -como aluden a Sánchez sus más cercanos- pueda decidir ir a elecciones este invierno o, incluso, a principios de la primavera.
Todo ello mientras sus rivales del PP y Vox están convencidos de que, aunque ya nada les puede sorprender de Sánchez, éste va a hacer gala de su capacidad de resiliencia y se va a agarrar a la poltrona gubernamental hasta que se agote la legislatura.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez durante una sesión en el Congreso de los Diputados.
Con el factor sorpresa también cuenta Sánchez y, por supuesto, con el hecho de que a ninguno de los socios que pretenden apretarle las tuercas les favorecería un adelanto electoral. Pero no tomará ninguna decisión antes de que los independentistas celebren sus propios Congresos y Asambleas y de que el PSOE le vuelva a aclamar y reelegir secretario general.