Pegasus sigue siendo la peor pesadilla del Gobierno de Sánchez: la investigación avanza

El Caso Pegasus continúa desatando el pánico en el Gobierno de España. El hackeo a los móviles de Pedro Sánchez, Margarita Robles y Fernando Grande-Marlaska les tiene de los nervios. La vulnerabilidad de las comunicaciones de estos altos cargos del Ejecutivo ha puesto en jaque a la seguridad nacional, generando especulaciones sobre las posibles filtraciones de información sensible y la implicación de Marruecos en el affaire.

Pedro Sánchez fue una de las primeras víctimas confirmadas del espionaje con Pegasus, un software de origen israelí. Su móvil personal fue hackeado en varias ocasiones, lo que ha despertado serias preocupaciones sobre el alcance del ciberataque y las consecuencias que podría tener para su Gobierno. El hackeo fue detectado tardíamente, lo que es una fuente añadida de tensiones.

El teléfono de la ministra de Defensa, Margarita Robles, también fue comprometido. Esta vulnerabilidad ha sido especialmente preocupante dado el acceso a información militar y de seguridad nacional que posee. Otro afectado fue Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. Los datos hurtados de su móvil ponen en peligro la seguridad interna y las políticas antiterroristas. La exposición de sus comunicaciones podría desestabilizar el funcionamiento de las fuerzas de seguridad y aumentar la desconfianza dentro del Gobierno.

El espionaje no se detiene en los miembros del Gobierno español, sino que también apunta a líderes internacionales como Emmanuel Macron. La coincidencia de ataques a ambos mandatarios, algo ya corroborado con las autoridades francesas, ha levantado sospechas sobre la posible implicación de Marruecos, lo que podría desatar una crisis diplomática a nivel europeo dado que el reino alauita es el principal aliado de España en sus relaciones internacionales.

El caso Pegasus continúa bajo investigación por el juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama, pero el miedo sigue creciendo en las altas esferas del Ejecutivo. La preocupación por la seguridad de los altos cargos es evidente, y las posibles filtraciones de información clasificada generan incertidumbre en el futuro del Gobierno de Sánchez.