Dilema para la ministra Robles: decir lo que piensa sobre Maduro o mentir para evitar otro incendio
La encargada de Defensa afirmó que Venezuela vive una dictadura, siendo la única en hacerlo dentro del Ejecutivo que encabeza Pedro Sánchez. Este miércoles estará entre la espada y la pared en la sesión de control.
"Quiero mandar un recuerdo a los hombres y mujeres de Venezuela que han tenido que salir de su país, precisamente por la dictadura que viven", fueron las palabras de Margarita Robles que provocaron el enfado al otro lado del charco. El propio Nicolás Maduro las utilizó en uno de sus mítines televisados para volver a cargar contra España. La ministra se mojó, dijo lo que pensaba y creó un problema en un momento en el que a Pedro Sánchez le sobran.
La encargada de Defensa ha sido el único miembro del Ejecutivo que ha llamado lo que pasa en Venezuela por su nombre: dictadura. Y por ende, a Nicolás Maduro, dictador. Todo ello en medio de la polémica sobre el reconocimiento del opositor Edmundo González, aprobado por el Congreso a pesar del voto en contra de un PSOE que hizo lo mismo en el Parlamento Europeo. A pesar de ello, la votación salió adelante. Más tarde llegaría otro de los capítulos de esta historia: las coacciones a Edmundo González por parte del régimen chavista para salir de Venezuela rumbo a España y que se produjeron en la misma embajada española en Caracas.
Este miércoles, en la nueva sesión de control al Gobierno en el Congreso, Margarita Robles estará entre la espada y la pared. En esa situación quieren poner a la ministra el Partido Popular preguntándole de manera clara y directa: "¿Sigue manteniendo que Nicolás Maduro es un dictador?". Será entonces cuando tendrá que decidir si decir lo que piensa y repetir lo que manifestó o mentir para evitar otro incendio diplomático. En unas horas saldremos de dudas.
Hay que recordar que esas palabras de Robles desencadenaron que el Gobierno venezolano convocase al embajador español en Caracas, Ramón Santos, y también que llamase a consultas a su representante diplomática en España, Gladys Gutiérrez. Todo ello como respuesta a lo que el régimen chavista calificó de unas "insolentes, injerencistas y groseras" declaraciones.