Podemos y Sumar sí se van juntos de borrachera: mano a mano a la juerga del PCE

Podemos y Sumar no quieren verse ni en pintura, pero con una cerveza en la mano -y otras más dentro del cuerpo- al enemigo se le aguanta mejor. Los antiguos socios que acabaron fatal tras laminar Yolanda Díaz a los morados -con veto a Irene Montero incluido- participarán juntos en la fiesta anual del Partido Comunista de España (PCE) y así entre banderas vintage de la hoz y el martillo y recuerdos nostálgicos del muro de Berlín y de la Unión Soviética, veremos si surge la reconciliación.

La fiesta, que durará todo el fin de semana -al estilo rave-, contará con los pesos pesados de Sumar con como la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y los ministros Pablo Bustinduy -Derechos Sociales- y Sira Rego -Juventud e Infancia y cuota de IU-. Uno de los platos fuertes de la juerga comunista, que se celebra en la localidad de Rivas Vaciamadrid, será la mesa redonda sobre alianzas en la izquierda, donde pueden aprovechar para ajustar cuentas entre Podemos y Sumar.

En el debate organizado por el PCE participarán muchos ex socios de coalición como el diputado de Compromís, Alberto Ibáñez, la secretaria de Organización de Sumar, Lara Hernández, la coportavoz de Podemos, María Teresa Pérez, el senador de Bildu, Mario Zubiaga -el toque etarra de la fiesta-, el dirigente de los comunes, Gerardo Pisarello -que se va a México a aplaudir a los que desprecian a España- y el coordinador de IU, Antonio Maíllo.

El PCE subrayaba que el evento tiene como objetivo “crear espacios de diálogo estables entre las distintas formaciones y que permitan hallar puntos de unidad, sin ocultar que hay también elementos de disenso dentro de la izquierda alternativa”. Otra cosa es que Podemos y Sumar quieran dialogar, ya puede ir preparando chupitos el PCE.

En la cúpula de Sumar rebajan las expectativas de la fiesta del PCE con Podemos y subrayan que se trata de un debate para exponer posiciones que por sí mismo no va a solventar el futuro de la izquierda. Veremos si con unas cuantas cervezas entre pecho y espalda vuelve a surgir el amor, o se les va la lengua con reproches.