La incapacidad de Óscar Puente para frenar la crisis ferroviaria le cuesta otro disgusto al Gobierno

El Gobierno no para de recibir malas noticias. De mayor o menor intensidad e importancia, pero últimamente no están para celebraciones en Moncloa ni Ferraz. A lo casos Koldo y Begoña, hay que sumar los problemas puramente parlamentarios durante la legislatura. Es el precio a pagar de alcanzar el poder mediante pactos interesados que se tambalean con facilidad. 

Y es que el PSOE ya acumula un total de 39 votaciones perdidas desde la investidura de Pedro Sánchez en diciembre del pasado año. En estos casi doce meses, los socialistas han visto caer un decreto ley, la senda de estabilidad y dos proposiciones de ley auspiciadas por el Grupo Socialista. Tampoco ha podido evitar que el Congreso frene de manera temporal la Ley de Amnistía y repruebe a dos ministros.

Primero fue Fernando Grande-Marlaska (por el asesinato de dos Guardias Civiles en Barbate cuando una narcolancha les arrolló) y el último ha sido este mismo miércoles: Óscar Puente. El encargado de Transportes ha recibido este toque de atención. Recordemos que es una forma de expresar su desaprobación hacia la gestión del miembro del Gobierno en cuestión pero es simbólica y no vinculante. A pesar de ello no es plato de buen gusto que no solo la oposición más directa -PP y Vox- sino tus socios parlamentarios -ERC, Junts y Podemos- te den este tirón de orejas.

Concretamente ha sido su "incompetencia" e "incapacidad para solventar el caos ferroviario" que vive nuestro país de un tiempo a esta parte. Y es que las múltiples incidencias y problemas registrados en los últimos meses en la red ferroviaria española han provocado el enfado de los no pocos usuarios de este tipo de transporte en España.