Feijóo se "harta" de los goles en propia puerta cuando Sánchez está "contra las cuerdas"

Alberto Núñez Feijóo no está dispuesto a que deslices cometidos por su propio partido hagan buena la máxima de que el poder desgasta, pero desgasta más estar en la oposición. Estos últimos quince días ilustran como esos "errores" consiguen desviar el foco de la corrupción que asedia a Sánchez, aunque sea momentáneamente.

Unos escándalos que son de tal calibre - en un mismo día la Fiscalía Anticorrupción pidiendo la imputación de Ábalos, el Supremo abriendo causa contra el fiscal general del Estado o el Congreso reprobando al ministro Óscar Puente por abrumadora mayoría- que eclipsan los errores del PP que, no obstante, Alberto Núñez Feijóo no está dispuesto a permitir que se repitan.

El último ejemplo lo ha protagonizado Elías Bendodo que sin saber que le grababan daba por hecho que habrá presupuestos cuando ni el propio Gobierno lo tiene claro porque Puigdemont se quedaría sin su última bala.

Las palabras de Bendodo han sido convenientemente utilizadas contra el PP por la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, rompiendo el relato popular de que "se está asistiendo al fin de ciclo de Sánchez". Así lo reconocen desde la dirección popular.

El otro "error" fue caer en la trampa del Partido Socialista que coló de manera subrepticia una enmienda para favorecer a los etarras más sanguinarios. Un desliz que ha tratado de arreglar el PP en los últimos días pero que "nos ha supuesto dejarnos pelos en la gatera porque la defensa de las víctimas es nuestra seña de identidad", asumen apesadumbrados.

En cualquier caso, los escándalos que cercan a Sánchez son de tal gravedad que Alberto Núñez Feijóo no va a permitirse llorar sobre la leche derramada si no que va a dar un puñetazo encima de la mesa para que estos errores no se vuelvan a producir. En estos momentos medita en solitario como hacerlo.