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La última ‘indepe’: prohibir los Conguitos en el Parlament de Cataluña “por tintes racistas”

No es broma: el bar de la cámara catalana prescinde del famoso cacahuete con chocolate por “comentarios sobre su denominación”. Alejandro Fernández (PP): “muchos en el Parlament tienen el cerebro tamaño Conguito”

Bolsa de Conguitos y Parlament de Cataluña

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Los diputados del Parlament de Cataluña ya no pueden comprar Conguitos en el bar de la cámara catalana. No es que se haya acabado el stock o que el producto haya sido retirado, sino que los responsables han dejado de vender el famoso cacahuete con chocolate por su “connotación racista”. No es broma, según adelanta el digital catalán El Nacional.

Los diputados catalanes se han quedado sorprendidos ante esta medida y esculaban sobre si la orden de retirar los Conguitos provenía de alguna directriz surgida de los responsables del Plan de Igualdad del Parlament o de la presidencia de la Cámara que ejerce Josep Rull de Junts. Pero al parecer no, es una decisión de los propios responsables del bar del Parlament después de “algún comentario escuchado en la barra sobre la poca fortuna de la denominación”.

Es decir, quitan la venta de los Conguitos porque en este mundo de lo políticamente correcto donde algunos buscan ofensas y agravios por todos lados, alguien dijo en el bar del Parlament que el nombre de los Conguitos tenía “tintes racistas”. Y la Santa Inquisición progre opta por prohibirlos a todo el mundo.

No es la primera vez que se persigue a los Conguitos. La marca, que surgió en los 60, se ha enfrentado a campañas contra su imagen en el siglo XXI acusándoles de racistas. Apareció una campaña en Change.org para acabar con los Conguitos con el argumento de que ofrecían una imagen racista, pero sin embargo, la campaña no salió adelante, pues la gente sigue disfrutando del famoso dulce y no tiene problema con su imagen -la bolsa naranja con personajes de color chocolate, gorditos y con labios gruesos y rojos- que forma parte de la cultura popular.

Algunos diputados del Parlament no han podido resistirse a opinar ante este nuevo acto de censura de la moral progre que más bien parece de una monja de los años 50 del siglo pasado. Así, el portavoz del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, lanzaba una reflexión: “es que muchos en el Parlament tienen el cerebro tamaño Conguito ¡Madre mía!”

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