Sánchez quiere cambiar a los barones del PSOE pero teme que sus candidatos sean derrotados

La catástrofe climática en la Comunidad Valenciana es contemplada por Ferraz como una oportunidad de desgaste importante para el PP y su líder valenciano, Carlos Mazón, que –en teoría- podría suponer el retorno de los socialistas al frente de la Generalidad en 2027, cuando se celebren elecciones en la mayoría de las autonomías y en la totalidad de los municipios.

Se da la circunstancia de que la Comunidad Valenciana es el único territorio en el que las distintas familias socialistas han consensuado una candidatura –la de Diana Morant, actual ministra de Ciencia- para dirigir al PSPV y optar a presidir la Generalidad en 2027.

A expensas de confirmar los augurios de Ferraz en Valencia, a día de hoy no hay garantías de retorno del PSOE al poder regional en ninguna de las autonomías que actualmente gobierna el PP. Al contrario, las encuestas que maneja el “aparato” socialista consolidan a sus rivales “populares”, siendo Andalucía el territorio en el que las expectativas son peores: el último dato de la encuesta oficial de la Junta eleva a 14 puntos la distancia entre ambos partidos.

El secretario general del PSOE está convencido de que para ganar al PP en los territorios hay que renovar las “caras” de los actuales barones socialistas: en Castilla y León, en Aragón, en Extremadura, en Cantabria o Murcia. En Madrid, un territorio emblemático para Sánchez, el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, o el “triministro” Bolaños, están activando una candidatura alternativa a Juan Lobato, actual secretario general del PSOE- Madrid, sin que esté claro que Sánchez se haya manifestado, hasta ahora, favorable a sustituir al “barón” madrileño.

La misma incertidumbre existe respecto al futuro de Juan Espadas, si bien en Ferraz consideran que el relevo o la continuidad del actual “barón” andaluz es competencia exclusiva de Sánchez.

El problema que tendría el líder del PSOE si se implica en la sustitución de los actuales barones es que sus candidatos fracasaran en los congresos regionales que tendrán lugar en el primer trimestre de 2025. ¿Puede arriesgarse Sánchez a que los candidatos que avala Ferraz pierdan

en el asalto a las baronías? ¿Resistiría el Presidente el desgaste que supondría una desautorización a sus candidatos en las federaciones socialistas?