Ribera tardó 43 minutos en avisar al centro de crisis del desborde a las 18:00 del Poyo
Transición tampoco alertó a las 17:00 al Cecopi que el arroyo superaba ya un 23 por ciento el caudal que desató la emergencia de las 12:20
Teresa Ribera, con su ministerio de Transición Ecológica, y su subordinado, el presidente de la Confederación Hidrográfica del Júcar, fiscalizan el agua caída y los caudales de cada río o barranco en suelo valenciano.
Esta tarea rutinaria tuvo una especial relevancia el 29 de octubre pasado. El día de la DANA. Y su labor presenta inquietantes antecedentes y actuaciones hasta la tragedia.
El presidente de la Confederación del Júcar, Miguel Polo, congela desde 2020 el encauzamiento del Poyo por exigencias del Gobierno de Puig.
Pero en 2022 ya avisaba, tras una somera limpieza del cauce por su organismo, que persistía el peligro de inundación en Paiporta.
Profetizó. "Disminuye el riesgo de inundación del Parque Logístico del Puerto de Valencia, aunque no acaba con todo el problema". Acertó.
Incumplió su encauzamiento. Puig lo boicoteó por razones medioambientales. Sánchez lo acató. Y la DANA le dio razón. Amén.
Hoy representa a Ribera en el cuartel anti DANA (Cecopi) al que llegó dos horas tarde Mazón.
Polo sí estaba en el Cecopi a las 17:00. A esa hora ya circulaban 325 metros cúbicos por segundo en el Poyo. Un 23 por ciento más del caudal (264 metros cúbicos por segundo) que comunicó Polo a las 12:09 (11:06 según la Generalitat) y provocó la alerta hidrológica de las 12.20.
Pero no compartió esa información con el Cecopi. Un órgano colegiado que copresiden la delegada del Gobierno sanchista y la consellera de Interior de Mazón. Incluye a Protección Civil, Bomberos, Policía, Guardia Civil...
¿Y qué hizo o dijo Polo sobre el Poyo? Nada. El último dato compartido era un tranquilizador 28,7 centímetros cúbicos por segundo a las 15:50.
Sólo habló de la presa de Forata y del río Magro. Y un vago “incremento generalizado de caudales”. Lo apunta la Generalitat y lo refrenda la cronología de la Confederación Hidrográfica del Júcar.
Sigue avisando de rotura de una presa que no se rompió. Pero no del arroyo que va creciendo y se desbordará en breve.
A las 18:43 Polo avisa a las autoridades de un caudal del 1.686 metros cúbicos por segundo del Poyo. El doble del aforo optimista que tiene el barranco en torno a Paiporta, y que en algunos puntos baja a 300 metros cúbicos por segundo. Es la foto de un desborde.
Pero hay algo peor. Según documentos en poder de ESdiario, sus técnicos saben ese dato desde 43 minutos antes: a las 18:00 horas ya registraron 1.725 metros cúbicos por segundo en el Poyo.
43 minutos es un tiempo escaso. Pero son una eternidad para no utilizarlos con un aviso vía móvil cuando cada segundo o minuto puede salvar una vida.
Son la diferencia entre salir o no a la calle, entre estar en una planta baja o alta, entre coger el coche o no, entrar en un parking o no…
Eso que reprocha Moncloa a Mazón no hacerlo hasta las 20:00 horas. No alertar a la población.
Prueba de que el aviso de las 18:00 horas silenciado era definitivo, mortal, es que a las 18:55 Polo avisa de la destrucción de su planta medidora de aforos en el Poyo por un aluvión de 2.282 metros cúbicos por segundo.
El aviso a la población empieza a ser irrelevante: el agua ya está alertando a todos los vecinos de la ribera del Poyo. No necesitan consejo. Sólo pueden resistir, rezar o nadar.
Su alarmante información del Poyo, pese a estar Polo presente en el Cecopi, tarda tanto en llegar como Mazón.
Alerta del terrible aumento del caudal casi dos horas después (1 hora y 43 minutos) desde que supo (17:00h) el repunte a 325 metros cúbicos. Un 23 por ciento más que lo alertado a las 12:09 (una hora antes según la Generalitat).
Y, aunque la confederación hidrográfica alega que sus datos son públicos, admite que "informa a las autoridades siempre que el caudal supera los 150 metros cúbicos por segundo". 325 metros cúbicos a las 17:00 horas es el doble de tal rasero. Y no menciona su cronología tal aviso.
Tampoco consta que Polo hiciera algo distinto de medir el caudal cada hora. Una proyección.
Ese día cayeron 500 litros por metro cuadrado en la cabecera del Poyo, Chiva. ¿No era presumible un tsunami potenciado por una pendiente de más de 1.000 metros y que debía chocar con estrecheces conocidas del Poyo a la altura de Paiporta?
Hay otro dato relevante inexplicado. En el amanecer del 29 de octubre ya llevaba 200 metros cúbicos por segundo el Poyo, según datos en poder de este diario.
Y no dejó de crecer desde entonces. Contradice el valor oficial marcado cada hora. Puede ser que lo simplifica la recreación, pero no presenta altibajos, en contra del relato ministerial.
Por la tarde ronda los 400 metros cúbicos y subiendo. Coincide con el valor tomado a las 17:00 horas (325 metros cúbicos por segundo).
Estas dos horas y media de Polo en el Cecopi encierran más claves de la tragedia que cualquier comida privada. Moncloa no puede desenterrarlas.