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Génova avisa a Sánchez tras el bloqueo a Ribera: "Solo es la primera batalla de la guerra"

Feijóo planta cara al líder del PSOE y del Gobierno por utilizar la DANA para erosionarle, tratar de recuperar Valencia para la izquierda y pescar en los 33 diputados que reparte esta Comunidad en unas elecciones generales.

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y detrás el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.EDUARDO PARRA / Europa Press

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Alberto Núñez Feijóo ha comenzado la batalla matando dos pájaros de un tiro. No solo ha conseguido retrasar el nombramiento de Teresa Ribera como vicepresidenta de la Comisión hasta que no de explicaciones sobre la DANA, sino algo más importante: que Bruselas señale su responsabilidad en la tragedia de Valencia, aunque finalmente se impongan los tejemanejes políticos.

Y estamos sólo ante la primera batalla que va a dar el líder del PP para que fracase la operación de 'caza mayor' puesta en marcha por la factoría monclovita y que trasciende a Carlos Mazón. El objetivo es desgastar a  Feijóo y a la marca PP con ataques más o menos sibilinos: "Resulta enternecedor ver a Óscar Puente de moderado", ironizan en Génova, pero que destapó desde el primer día la ministra Ana Redondo con una nota manuscrita: "Este es nuestro momento".

En lo que de Feijóo dependa les va a poner muy cuesta arriba salirse con la suya. Cuando Sánchez todavía estaba lamiéndose las heridas por el veto a su candidata, el líder del PP ha seguido hurgando en la herida. Le ha exigido que retire esa candidatura, ha criticado su "ausencia" en el Congreso y ha señalado su responsabilidad en la tragedia: "Fallaron todos los ministerios en la prevención y en la alerta".

Un aperitivo de la comparecencia que en principio iba a ser este jueves de Carlos Mazón en las Cortes Valencianas pero que se ha pasado al viernes por la nueva DANA en Valencia. A esta no acudirá con la intención de dimitir sino de llevar a cabo una remodelación de su Gobierno para acometer la "reconstrucción" de las zonas afectadas, según confirman fuentes de su entorno. A las consejeras de Emergencias e Industria les pueden quedar horas y convertirá a la vicepresidenta Susana Camarero en la cara visible de esta reconstrucción consciente de que su figura ha quedado irreversiblemente tocada.

Frente a los cantos de sirena de la izquierda, que ya deja caer que Valencia debe ir a las urnas en primavera, los populares van a jugar sus cartas. Ni Mazón las va a convocar ni VOX va apoyar una moción de censura porque, aunque van a seguir siendo muy duros con el presidente de la Generalitat para tratar de recuperar votos, tienen muy claro que con la izquierda ni a heredar.

Una partida de ajedrez que no ha hecho más que empezar y que tiene otra derivada: Moncloa busca que la magnitud de la tragedia y su extensión en el tiempo le permita también hacerse con un buen trozo de la tarta de los 33 diputados que reparte la Comunidad Valenciana en unas elecciones generales. Unos escaños que pueden ser determinantes para inclinar la balanza de la gobernabilidad.

Feijóo ha visto de lejos la jugada y se ha dado cuenta -como se dio cuenta hace mucho tiempo Isabel Díaz Ayuso- que la única forma de combatir a Pedro Sánchez es con sus propias armas. Y una poderosísima y que no piensa soltar el Partido Popular es la corrupción que salpica al presidente del Gobierno y que ya tiene otra instantánea para la historia: la de Begoña Gómez ante la Asamblea de Madrid.