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Sánchez, el Torquemada de las 'fake news': se compromete a reducir los bulos al 50%

El presidente del Gobierno se agarra a su relato de que la ultraderecha utiliza las redes sociales para desinformar y va un paso más allá: crea un plan para intentar hacer frente a las noticias que van en su contra.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante una sesión en el Congreso de los Diputados.EDUARDO PARRA / Europa Press

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Pedro Sánchez, que se autoproclama perseguidor y Torquemada de bulos y fake news, ha decidido llevar a su programa -a la Ponencia Marco del 41º Congreso Federal del PSOE- su batalla contra los bulos y la desinformación que atribuye, en buena medida, a la existencia y crecimiento de la ultraderecha y al hecho de que los partidos conservadores tradicionales (a efectos domésticos, el PP) se vean sometidos a la presión que sobre ellos ejercen los ultras y se sometan a sus caprichos. 

Olvida el redactor de la futura Biblia socialista (¡mecachis, qué despiste!) echar un vistazo a su alrededor. Concretamente a su izquierda. Las exigencias que le han hecho sus socios -antes de Podemos y ahora de Sumar- y a las que sucumbió. También a la propia política de alianzas del PSOE o a las políticas fiscales con las que legisla, ora saludando a sus socios a su izquierda, ora accediendo a las exigencias de sus socios parlamentarios (PNV y Junts) en la derecha…

El caso es que el PSOE, en su ponencia Marco, señala sin ambages a la derecha y los ultras como las fuerzas oscuras que manipulan y enredan, para “contaminar” a los ciudadanos. Argumentan los autores de esa ponencia marco del agrado de Sánchez que “el 90% de los españoles y españolas se ven expuestos a noticias falsas de forma recurrente y que al 86% les cuesta distinguir las noticias verdaderas de las que no lo son”. 

Continua el texto programático del PSOE asegurando que el 70% de los bulos se propagan mucho más rápido que las noticias a través de las redes sociales o de los diferentes APPs de mensajería y cifra en “miles” los que circulan por redes y aplicaciones en España.

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Con semejante diagnóstico (una democracia y un ciudadanía seriamente dañados) según se recoge en el texto socialista, Sánchez y su partido se marcan un objetivo y una cifra y ¡ahí es nada! se comprometen a “reducir al 50% las noticias falsas que circulan en las redes sociales”. La pregunta que uno debe hacerse por pura lógica, inmediatamente después, es: “¿cómo piensan hacerlo?” y, por supuesto “¿las tienen todas contabilizadas, sean propias o ajenas?”. Pero no hay ni una palabra al respecto.

Nada que pueda darnos una pista de qué es lo que pretenden hacer los socialistas para acabar, al menos, con el 50% de los bulos -propios y ajenos- lanzados a las redes sociales. Sobre la mesa tiene el Gobierno y, concretamente, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, propuestas de la Federación de Asociaciones de la Prensa (FAPE), de los sindicatos de periodistas y de aquellas asociaciones profesionales que, como es lógico, esperan ser escuchadas ahora que hay que poner en marcha el reglamento europeo al que se ha abrazado el Ejecutivo. Todo ello para poner en circulación su propia versión del Reglamento europeo que habilita medidas y organismos de control.

Está por ver el grado de interés que pone el Gobierno en dejar a los profesionales que, desde el conocimiento, le sugieran el camino que señala la profesión, desde la independencia, por supuesto. Pero lo que sí está visto es que, si bien el PSOE no menciona medidas ni herramientas para reducir los bulos al 50%, tampoco da mucho margen a su militancia para hacerlo: cuatro días y solo cuatro días tienen las agrupaciones socialistas para presentar enmiendas al texto presentado bajo el auspicio de Sánchez y su Ejecutiva. 

Menos tiempo que nunca para enmendar y más exigencias a la hora de lograr que esas enmiendas lleguen a ser debatidas en el Plenario, ya que, si antes tenían que tener el 20% de los votos de los Delegados, en el próximo Congreso, en el que será aclamado Sánchez, se necesitará el 30%. Todo facilidades, vamos. Pero eso sí, queda oficialmente declarada la guerra al bulo en la familia socialista.