Así pierde la dignidad el PSOE: hasta una diputada a ERC suplicando para no perder su reforma fiscal

La mal llamada ‘mayoría progresista’ que dice Pedro Sánchez o el pacto Frankenstein 2.0 ha demostrado una vez más lo que es: el camarote de los hermanos Marx, con una sesión en la Comisión de Hacienda que pasará a los anales del Congreso como una de las más esperpénticas en la que hasta una diputada socialista se ha rebajado a suplicar con las manos en pose de rezo a ERC para que apoyen al PSOE en la votación.

La Comisión de Hacienda se reunía tras dos aplazamientos para debatir y votar más de cien enmiendas que los grupos habían planteado al texto inicial del proyecto de ley de reforma fiscal. Conforme se iban votando las enmiendas, el bloque que apoya al Gobierno de Pedro Sánchez empezó a montar el circo votando unos en contra de los otros en materias tan importantes como el impuesto a la banca o a las energéticas que el PSOE quería amarrados.

ERC y Bildu habían amenazado al Gobierno de Pedro Sánchez con tumbar el proyecto de ley si no se incluía el impuesto a las energéticas, que rechaza Junts, pero ahora aceptan el compromiso de que se prorrogue solo un año. En una decisión surrealista, la votación se ha aplazado hasta las once de la noche para que los partidos siguiesen negociando.

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, se quejaba de que “la comisión en la que se está decidiendo el futuro fiscal del Estado está parada 3 horas y se retome a las 23:00 horas es una muestra más del juego corto de algunos y del desorden de esta legislatura”. Curiosa crítica, como le recordaban, la de desorden que el propio PNV ayuda a mantener con su apoyo a Pedro Sánchez.

“Aitor, tú mantienes este caos. Si no te gusta os cargáis mañana a Pedro Sánchez como hicisteis con Mariano Rajoy en 2018. Si vas a seguir apoyándole, al menos cállate y déjanos en paz”, le señalaban al portavoz del PNV.

Al final, el PSOE in extremis ha acordado con ERC, Bildu y BNG prorrogar el impuesto a las energéticas al año 2025 a cambio de apoyen el dictamen de la ley de reforma fiscal para establecer un impuesto a las multinacionales y, si prospera, que apoyen la enmienda del PSOE para ampliar el impuesto a la banca durante tres años, sin necesidad de contar con el voto de Junts, aunque los de Puigdemont en el pleno del Congreso sí pueden tumbarlo si suman los votos a PP o Vox. El Gobierno de Pedro Sánchez salva otra votación, lo que no salva es su dignidad.