De Italia a Valladolid: Salvatore Puente Tessio, matón de Vito Sánchez Corleone
Por una vez hay que darle la razón a Pablo Iglesias. Vito Sánchez Corleone mandó un trabajito a a su secuaz más macarra. Uno igualito que el original de Coppola pero de Valladolid.
Pedro Sánchez abraza a Óscar Puente después de su intervención en el debate de investidura de Feijóo.
Pedro Sánchez llegó al Congreso recién descendido de la lona de Emidio Tucci en 'El Corte Inglés'. Elegante, sonriente, como si allí no se jugara el futuro de España. Es lo que tiene ser el don Vito Sánchez Corleone. Al Padrino nadie le discute. Si lo hace -Guerra, González, Redondo-, le decapitas su caballo y metes la cabeza en su cama. En este caso, el caballo es el PSOE. Y así anda el partido, descabezado.
Sobre su grupa, eso sí, cabalga Vito Sánchez Corleone. A su lado, sus fieles escuderos. Uno orondo y simpático. Sancho si Sánchez fuera Quijote. Pero como es el Padrino lo bautizaremos Peter Cerdán Clemenza. Para quien haya visto la saga de Coppola, es aquel gordo bajito que cocinaba la boloñesa. Te daban ganas de entrar en la tele y zamparla. Tenía pinta de sucio, pero entrañable era un rato, sin duda.
El otro escudero de Vito Sánchez es más taimado y oscuro: Salvatore Puente Tessio. Al principio no se exhibió en el lugar del crimen. A pesar de su altura, estaba agazapado en un escaño. Hábil con la metralleta y un poco "macarra", le definen sus enemigos del hampa. No es un sicario cómodo. Es de gatillo fácil. Por ello el Padrino lo defenestró en su día. Pero la magnanimidad de Vito es inconmensurable y le ha recuperado para esta ocasión.
El Padrino, lechuguino y cobarde, le ordenó cual Jesús Puente: ¡Salvatore, a jugar! Y este otro Puente -Salvatore Puente Tessio-, sacó su metralleta. Que si Fariña, que si Marcial Dorado, que si de "ganador a ganador". Feijóo respondió indignado: esto no es la peli original, que decepción. "Es el club de la comedia", exclamó decepcionado el gallego. Claro, Alberto, esto es España y este su Hemiciclo. No tendremos a Coppola, pero sí tenemos a Berlanga.