Llegada de Mario Vargas Llosa, huida de Ana Boyer ¿casualidad?
Las apuestas están servidas… Isabel Preysler tiene claro que quiere a Mario viviendo en casa. Pero, ¿son de la misma opinión sus hijas? Parece que la única que se queda a verlo es Tamara.
La relación, que ya no "simple" noviazgo, entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa está más que asentada. A pesar de que la pareja más sorprendente del mundo del colorín lleva –relativamente- poco tiempo, lo suyo está afianzándose a pasos de gigante.
Normal, por otro lado, ya que a estas edades lo mejor es dejar de hacer el tonto y no perder el tiempo. Hay que ir a por lo que uno quiere. Pero, ¿hasta qué punto? ¿Qué pasa cuando lo que uno quiere puede afectar al resto de la familia?
Y nos referimos en este caso a Tamara Falcó y a Ana Boyer, ambas viviendo con mamá Isabel en la casa que ésta compartió con Miguel Boyer durante muchos años. De hecho, Tamara, que se había independizado, decidió volver junto a Preysler cuando murió el tito Miguel.
Pero, ahora, ¿ya no son tan necesarias las niñas o es que prima más el amor? No lo creemos. Pero de lo que sí estamos convencidos es de que Isabel está firmemente decidida a seguir viviendo el amor junto a Mario. Ese que le ha devuelto la sonrisa y las ganas de vivir. Y ello pasa por compartir techo. Teniendo en cuenta de queIsabel reside en Madrid y Mario, por ahora, también, lo suyo es que vivan en casa de la madre de Enrique Iglesias.
Entonces, quizás, las cosas tengan que cambiar. O ir más deprisa, forzando la maquina. Ana Boyer y Fernando Verdasco, antes o después, se habrían ido a vivir juntos. Son los pasos lógicos en cualquier pareja. ¿Pero hubiera sido todo tan precipitado?
Ana y Fernando han alquilado un precioso ático en Madrid. Amplios espacios para sentirse cómodos. Vistas que envidiar. De hecho, me cuentan que Ana ya está mirando muebles y detalles de decoración para su nueva morada.
Solo ha tenido que plantearse y asimilar si era éste el momento o todo se ha acelerado porque Isabel también quiere dar ese paso junto a Mario.
De opiniones…
Está el mundo lleno. Y Pilar Eyre ha querido dar la suya sobre el culebrón Preysler yVargas Llosa. Y no podemos estar más de acuerdo con la escritora. Y es que Eyre, además de desearle a Tamara que encuentre pronto un novio o que se meta a monja, asegura que es mucha casualidad que Ana planifique irse justo cuando Mario se va a instalar en casa de Isabel.
Quizás le resulte incomoda la situación que se va a vivir en Villa Meona, como decíaAlfonso Ussia, cuando Mario vuelva de Nueva York; que sería cuando se instalase en Madrid tras terminar el curso que está impartiendo en la Universidad de Princeton. Anaya superó el enfado que, dicen, o nos aseguraron, tenía con su madre por estar con otro hombre cuando no hacía ni un año que Miguel había fallecido. Pero vivir con ellos es harina de otro costal.
Así que Ana emprende el vuelo. Sólo queda Tamara… ¿Se decidirá a dar nuevos pasos en su vida?