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Corinna y Juan Carlos, paraísos fiscales y otras nuevas lindezas

Las noticias que rodean a las "inversiones" económicas del emérito y de su ex íntima amiga, han desatado la desazón en Casa Real. Vienen acompañadas de análisis de Ferraris, relojes y lujos

Corinna y Juan Carlos, paraísos fiscales y otras nuevas lindezas

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Cada vez que Don Felipe y Doña Letizia logran levantar cabeza y convertirse en ejemplo impagable e impecable de lo que debe ser una Familia Real, algo les trastoca la imagen. Se la deja un poco más negra.

Y mira que los padres de Leonor y Sofía han trabajado duro para intentar evitar este tipo de situaciones… Pero, al final, por mucho que pongan orden en Zarzuela, poco pueden hacer cuando los escándalos siguen salpicando a los que, antaño, vivieron entre los muros de Palacio Real.

Y es que mientras unos miran detenidamente el aislamiento social en el que está inmerso en Barcelona Cristina, señora de Urdangarín, otros se frotan las manos con las noticias que han saltado en torno a los paraísos fiscales que, supuestamente, manejaban Corinna zu Sayn-Wittgenstain y Juan Carlos; o al menos eso fue lo que publicó Daniel Montero.

Según este periodista los 21 millones del Fondo Hispano-Saudí que estaba orientado a incentivar la inversión española en Arabia Saudí no supuso ningún beneficio para España, ni en trabajo ni en rentabilidad. Un proyecto promovido por Juan Carlos y en el que figuraba como asesora Corinna y que, según Montero, ha acabado en tres paraísos fiscales.

Así que la futura presencia en enero de Cristina en los tribunales, acompañada o no por Iñaki, y la desazón que vive en Barcelona, residiendo en un hotel y dejada de lado por los que antaño eran sus amigos –y que también fue clave para llevarse a los niños lejos de España- es el menor de los problemas ahora de Casa Real.

Más morbo

Cómo gustan en España este tipo de noticias morbosas. Sobre todo porque nos dan pie a poder desgranar de nuevo los gustos tan carísimos que tienen en Familia Real; y que se pueden considerar más o menos injustos según vengan de su presupuesto o de otras lindezas.

Como que nadie quiere ahora los Ferrari que Don Juan Carlos –que debe necesitar cash- puso a la venta: un único participante en la subasta y no llega a aproximarse a los casi setecientos mil euros que se pedían como mínimo.

El gusto por los relojes caros de Felipe VI o por los zapatos de Letizia. O, para más INRI, el caso del supuesto dúplex que Corinna y Juan Carlos compartieron en Los Alpes durante tres años, mientras eran supuestamente pareja. Un precioso pisito íntimo, propiedad de zu Sayn-Wittgenstain y que, ahora, se alquila por unos 7.000 euros diarios. Me reafirmo una vez más en lo de pobre Doña Sofía

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