Arrimadas se corona lideresa: así desmontó a Mas con una pregunta
Los catalanes que no se resignan a la "desconexión" de España tienen motivos para el optimismo con la jefa de la oposición constitucionalista, joven y libre de ataduras.
Inés Arrimadas, líder de la oposición "constitucionalista" en Cataluña, tuvo este martes momentos parlamentarios brillantes que alientan el optimismo de los catalanes que no desean la "desconexión" con España. Joven y sin las ataduras que tienen otros políticos por su largo recorrido del brazo del nacionalismo catalán, logró, con sus preguntas en la investidura fallida del "president" Artur Mas, colocar el foco en su lugar: ¿Qué les ha pasado para que sean los más independentistas?.
Sin duda: en cuanto Convergencia Democrática de Cataluña se vio cercada por la corrupción, y la familia Pujol atisbó que los tribunales iban a cortarles el hipo por sus tejemanejes (consentidos durante tantos años por tantos), la tabla de salvación a la que decidieron agarrarse fue la independencia.
Esa independencia ha servido luego también como tabla de surf a un político como Mas, que desde hace tiempo ya sólo busca que las olas, vengan de donde vengan, le permitan sobrevivir políticamente, aunque sea a costa de flotar como un corcho.
Primero se subió sobre ERC; más tarde, sobre las asociaciones civiles independentistas del "poble catalá", engordadas durante años con dinero de la Generalitat; y ahora, rizando el rizo, intenta desesperadamente que quien le permita ganar tiempo para seguir "pisando moqueta" sean los anarquistas de las CUP.
Todo un periplo que ha posibilitado que los catalanes queden en manos de políticos radicales y antisistema.
Para cerrar todo este bucle del llamado "nacionalismo moderado" en su "procés" hacia la independencia, tan sin sentido, tan peligroso por la división que introduce en los sentimientos catalanes, sólo nos faltaría otra X por despejar: cuando Jordi Pujol yArtur Mas decidieron abrir la espita separatista ¿lo hicieron por convicción "patriótica" o meramente como artimaña para negociar con el Estado y que de nuevo mirase a otro lado por sus pecadillos del lucrativo 3%?
Al final -no vayamos a creer otra cosa- las razones políticas, incluso las pomposas razones de Estado, están llenas de sinrazones personales.