Arturo Fernández contra las cuerdas: piden cárcel para su hijo
Ni siquiera hablando en lenguaje chatín ha podido resolver uno de los grandes conflictos de su vida. Su hijo podría acabar en la cárcel después de una demanda por haber incumplido su palabra
Elegante y educado. Formal y vivaraz, incluso a la hora de mostrar su marcadísimo color político. Arturo Fernández forma parte de la memoria televisiva de nuestro país. También de la teatral donde, a sus ochenta y muchos, sigue cosechando sonados éxitos. No se le resiste nada. Acostumbrado a llevar una vida pública discreta, sin sobresaltos destacables, se enfrenta ahora a una situación realmente polémica. Su hijo Arturo, fruto de su relación con la catalana Isabel Senat, está acusado de apropiación indebida y de haber dejado impagadas las obras realizadas en su casa situada en el Valle de Arán. Los hechos se remontan a 2013 cuando Arturo contrató los servicios de Juan Carlos Cardona para realizar una serie de trabajos de pintura en el referido apartamento. Según el escrito de acusación al que ha tenido acceso ESdiario en exclusiva, Fernández entregó las llaves del apartamento a Cardona, introduciendo este último el material de obra en el mismo, valorado en 4.282,65 euros.
Una vez finalizados los trabajos contratados, el hijo del actor comunicó al empresario que no se había sentido satisfecho con el resultado final, por lo que Juan Carlos decidió personarse en la vivienda para retirar su material. Al llegar, "se encontró que Arturo había cambiado las cerraduras y no pudo acceder al inmueble". Desde entonces, y según se recoge en el citado escrito, Cardona ha solicitado por todos los medios la devolución del material y el pago pendiente, negándose a ambas acciones. Por todo ello se solicita la imposición de una pena de seis años de prisión y una indemnización -en concepto de responsabilidad civil- de 6.242.65 euros, al considerar que los hechos denunciados son constitutivos de un delito de apropiación indebida.
Tras tener conocimiento de los problemas de su hijo, me aseguran que más que preocupado, el celebérrimo asturiano tiene un cabreo monumental. No entiende cómo es posible que su hijo no haya podido frenar a tiempo tanto descalabro innecesario. Maldice en lenguaje chatín, aunque su desmelene no sirve de estímulo contra la morosidad. A pesar de no ser de su incumbencia, fuentes fidedignas me aseguran que Arturo intenta convencer a su hijo para que haga frente a la deuda contraída, evitando así males mayores que, en efecto, podrían acarrearle excesivos quebraderos de cabeza. Se desconoce si la presión le hará cambiar de opinión. De momento, Arturo Júnior ha agotado todos los plazos y las prórrogas fijadas. Tanto la abogada, Teresa Bueyes, como el proveedor denunciante han considerado sus desplantes como la negativa inequívoca a cumplir, no sólo con el pago pendiente, sino a devolver el material que no le pertenece.