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La implacable exmujer de Vargas Llosa le mete el miedo en el cuerpo

La respuesta de la peruana está a punto de hacerse entrega en el Juzgado de Madrid en el que se dilucidará su divorcio. Habrá sorpresas, pero no porque Patricia pretenda ser tan bélica

La imagen de Mario Vargas Llosa y Patricia que no volverá

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Fuimos los primeros en dar la noticia, aunque algunos se apropien la exclusiva sin temblores ni dubitaciones. ESdiario dio en el clavo la pasada semana al anunciar que Mario Vargas Llosa había presentado la demanda de divorcio en Madrid. El caso, que ha recaído en el Juzgado 26 de la capital, ha revolucionado las dependencias judiciales. Todo son habladurías en el tribunal en el que esperan -más bien desesperan- a que en las próximas horas llegue la contestación de Patricia Llosa. Elucubran con la posibilidad de que la peruana se plante y solicite que la negociación para el divorcio se dilucide en Perú. Patricia sabe que allí tendrá las de ganar, sobre todo ante una justicia implacable con la infidelidad.

Patricia planea romper su silencio en una entrevista en exclusiva

Sin embargo, me cuentan que Patricia no será tan bélica como se esperan. Aunque no hay ninguna posibilidad desechada, mantienen que solo va a luchar por lo que le corresponde tras una vida de absoluta dedicación. No quiere desplumar al Nobel pero tampoco está dispuesta a pasar por el aro y aceptar todas las propuestas del hombre que le descubrió el amor. Tal y como expliqué hace unos días, los abogados de Patricia estudian solicitar una pensión vitalicia que el escritor podría contrarrestar con la entrega de una propiedad más. Habrá que esperar, aunque el hachazo definitivo no será ahora, sino cuando amaine el temporal. Patricia planea salir de su escondite mediático para abrir su corazón y desvelar, sin tapujos, cómo se ha sentido frente a la traición más importante de su vida.

Dani Rovira contra todos

La fama es angustiosa y contradictoria. Es la cara oculta de un trabajo, el de actor, que necesita el calor humano. Dani Rovira sigue sin entender que sus seguidores le han catapultado a lo más alto. Tampoco su novia, Clara Lago, una absoluta desconocida (sic) hasta el huracán Ocho apellidos vascos. Dani y Clara van dejando sonadas desilusiones por el camino. Amigos con los que apenas mantienen relación, fans aturdidos ante los desplantes de sus ídolos, incluso empresarios que apostaron por ellos y que ahora, tras saborear el triunfo, parecen haberse esfumado. Hay quien me cuenta que Rovira ya no es el que era, que no ha sabido controlar su popularidad, que se ha tornado desconfiado y taciturno.

Dani ha dejado grandes desilusiones por el camino

Tanto es así que incluso se ha negado a acudir a eventos solidarios en su Málaga natal, donde lo consideran casi hijo predilecto. Dejó con la sonrisa en la boca a los ancianos de una residencia en la que le necesitaban y ahora le tachan de inmisericorde. Y lo que te rondaré morena, pues tras su paso por El Hormiguero, las redes siguen hirviendo con anécdotas poco o nada inteligentes con sus seguidores: "Se está pasando, debería frenar a tiempo y darse cuenta de quién era y quien es ahora: la misma persona salvo que con dinero", me cuenta alguien que le conoce bien.

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