Belén Esteban tiene que responder a las preguntas incómodas sobre Toño

Convulsión en el mundo del corazón. La magnánima traición de Toño Sanchís a su representada estrella, Belén Esteban, ha sacudido a la prensa de sociedad. La colaboradora ha confirmado que Toño no habría hecho frente al pago de ciertas cantidades que le correspondían por apariciones televisivas. Entre otras, la rubia echa en falta el caché de más de diez galas del concurso Más que Baile del que salió ganadora. Una cifra que podría alcanzar el millón de euros, a pesar de que Sanchís ha desmentido el presunto desfalco y ha asegurado estar siendo víctima de una caza de brujas.

A pesar de la tormenta desatada, nada nuevo ha sucedido. Hace ya tiempo que este que les escribe reseñó en El Semanal Digital las llamativas reacciones que Toño tenía frente a una Belén muy debilitada. Desde filtraciones sobre el paradero de la colaboradora, hasta el azuce que hacía a los periodistas menos afines para crear controversia. Era como si con su actitud buscara el desgarro emocional de la Esteban para conseguir más cuota de pantalla. Había quien se llevaba las manos a la cabeza ante las formas casi desleales que empleaba en su etapa más controvertida.

Me pregunto cuánto de responsabilidad tuvo Toño en el descenso a los infiernos de Belén.

Estaría bien que la colaboradora explicara si su representante le ayudó o le invitó a permanecer en ese borde del precipicio que pudo haber acabado con su vida

Estaría bien que la colaboradora explicara si su representante le ayudó o le invitó a permanecer en ese borde del precipicio que pudo haber acabado con su vida. Es necesario subrayar que Belén siempre ha reconocido que fueron los productores y directores del programa los que lograron su recuperación. Le ayudaron a salir del pozo en el que había caído por excesiva y malentendida sensibilidad. Quizás por eso inquieta el motivo por el que, lejos de reconocer la enfermedad de su (casi) hermana, Toño amenazara con denunciar a quién elucubrara con las dolencias de la rubia. Y más aún que permitiera que Belén transformara su cuerpo en un cóctel molotov de sustancias excitantes y relajantes. Quizás debería haber demostrado en aquel momento que, lejos de lo que sospechábamos los que estábamos cerca, lo de Toño hacia Belén era algo más que una relación meramente comercial. Me entristece no haberme equivocado.

Y mientras la realidad de Belén y Toño lo eclipsa todo, los padres de Iralia, la niña con cáncer que participó en La Voz Kids, han decidido poner punto y final a su relación sentimental. Según ha informado a ESdiario Juan de la Torre, padre y presidente de la Fundación que lleva el nombre de su hija difunta, los motivos de la separación tienen que ver con los intereses económicos que, al parecer, Amparo Ruiz, madre de Iralia, habría mostrado en una de las últimas reuniones de la Asociación. Al parecer, Amparo habría querido imponerse como Presidenta y habría manifestado querer cobrar cerca de 1.500 euros mensuales. Un final triste e incomprensible para unos padres que lucharon, con todas sus fuerzas, para que su hija cumpliera el sueño de su vida antes de fallecer: ser artista.