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España S.A.

La democracia iba a ser el gobierno del pueblo para el pueblo, pero España S.A. se encamina hacia una tontocracia gobernada desde un plató de TV.

Rajoy jugando al futbolín.

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España Sociedad Anónima es una empresa multinacional de tamaño medio participada por 46.600.949 accionistas, de los que 36.510.952 tienen derecho a votar en la junta que se celebra cada cuatro años, en la que escogen al presidente y miembros del consejo de administración. Se rige por unos estatutos del siglo pasado. Basta con tener 10.866.566 votos para gobernar la empresa entera contra la opinión de los 35.734.383 restantes.

La empresa tiene una plantilla de 2.956.300 empleados (llamados funcionarios) y una producción o PIB de 1.041.160 millones/€. Esta riqueza está repartida desigualmente: unos pocos tienen mogollón de acciones y un tercio de los accionistas viven en la pobreza.

España S.A. arrastra una deuda de 1.525.656 millones de euros (un billón y medio de euros) equivalente al 144% de lo que produce anualmente, deuda que según el FMI seguirá creciendo en los próximos años.

Las diez empresas más grandes del mundo tienen una media de cien mil empleados (Apple, 98.000; Exxon, 79.900), pero convengamos que España S.A. es un tipo distinto de empresa, cuyo fin social no es el lucro económico sino el Bien Común.

Para el buen gobierno de esta corporación, se han creado unos cazatalentos o headhunters (también llamados partidos) que funcionan por el sistema de escalafón jerárquico, obediencia debida y cooptación endogámica. A diferencia de las grandes multinacionales, para acceder al gobierno de España S.A. no se requiere dominio de idiomas, master en Harvard o experiencia laboral contrastada. Basta con haber sido concejal de pueblo, requisito que se elimina cuando se llega al nivel ministro.

Además de haber sido concejal, este año el baremo de méritos es el siguiente: 1) Saber jugar al futbolín. 2) Abrir latas de conservas. 3) Montar en globo. 4) Conversar hora y media sin decir nada con María Teresa Campos. 5) Bailar la conga en El Hormiguero. 6) Salir desnudo en una revista. 7) Hacer footing en calzones cortos. 8) Dejar que te dé un masaje un cantante casposo. 9) Ducharte con Ana Rosa. 10) Sonreír todo el rato con cara de bobo.

El candidato —esta vez no hay candidatas— que mejor cumpla esos requisitos será elegido Presidente de España S. A., con licencia para decir vaguedades y seguir aumentando la deuda. Una vez elegido, el Presidente designa a dedo el consejo entre compañeros de curso, lobbystas, miembros de una secta y abogados del Estado.

Los ciudadanos y ciudadanas críticos o discrepantes son apartados de los procesos de evaluación; los accionistas más jóvenes, brillantes y mejor preparados son echados fuera del país y excluidos (en torno a 1.800.000 jóvenes en el exterior no podrán votar el 20D). Tampoco votan los mayores de 16 años, aunque pueden trabajar, abortar o ser juzgados penalmente.

Como resultado de la anterior selección anterior, en 2011, España S.A. está gobernada por un registrador que nunca trabajó en una empresa de verdad, lleva 34 años con sueldo oficial y no sabe jugar al futbolín, siendo este el primer caso documentado en la Wikipedia.

Cuando la mediocridad es un valor en alza y el más torpe de la clase llega a concejal, el país tiene un problema. La democracia iba a ser el gobierno del pueblo para el pueblo, pero España S.A. se encamina hacia una tontocracia gobernada desde un plató de TV. ¡Qué nivel, Maribel!

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