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Las Fallas dan una democrática patada al alcalde de Valencia

Joan Ribó censura un escrito para el libro oficial de las fiestas, los presidentes falleros le hacen un plante y votan contra el intervencionismo del Ayuntamiento.

Joan Ribó en la proclamación de las Falleras mayores.

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Un poema escrito por Ampar Cabrera en valenciano oficioso -ese que reivindica el valenciano diferenciándolo del catalán- ha provocado una auténtica revolución en las Fallas por una torpe decisión del alcalde de Valencia, Joan Ribó, al que ha traicionado la conocida sensibilidad catalanista del primer edil que le ha llevado a censurar esos versos en el libro oficial de la fiesta. Un veto del alcalde a los poemas de la entidad regionalista, Lo Rat Penat, que ha terminado en un revolcón mayoritario del mundo fallero.

Así, la Asamblea de presidentes de Fallas se reunió con carácter de urgencia tras tener conocimiento de la censura municipal para votar sobre esa polémica decisión de Ribó. El resultado no pudo ser más negativo para el alcalde: de los 142 presidentes presentes, 127 votaron en contra de la censura municipal y exigieron a Ribó que incluya en el libro oficial los versos censurados y que además respete las dos "sensibilidades" de la lengua valenciana.

Los presidentes falleros votan en contra del alcalde de Valencia y del "intervencionismo" del Ayuntamiento

Y es que Lo Rat Penat es una de las pocas entidades de la Comunidad Valenciana que defienden las llamadas "Normas del Puig" para codificar al valenciano, normativa diferente a la oficial de la Academia Valenciana de la Lengua. En ello se basa Ribó para el veto al escrito de Cabrera. Esa es la versión oficial del alcalde, "hay que respetar la ley valenciana, que es muy clara al respecto y tenemos que seguir las directrices de la Generalitat y el Estatuto", pero la Asamblea de presidentes falleros le recuerda al alcalde de Compromís que siempre han convivido las dos sensibilidades lingüísticas en el libro oficial de fallas sin que nadie hubiera protestado o realizado denuncia alguna.

La solución es complicada y aunque el alcalde ha prometido, tras conocer el resultado de la asamblea, "diálogo", el tremendo varapalo a Joan Ribó deja temblando al tripartito municipal ya que a nadie se le escapa el enorme poder fáctico del mundo fallero, un mundo que ha dado un rotundo "no" al Gobierno municipal y que ha rechazado de plano el intervencionismo del ayuntamiento en la fiesta. La guerra está servida, el divorcio ayuntamiento-fallas en un hecho.