La intrahistoria: por qué Gómez de la Serna repitió como diputado
Con el parlamentario por Segovia muy pocos pueden llamarse a engaño. La misma secretaria de Estado de Comunicación fue informada hace tiempo de sus venturas y desventuras. Nadie hizo nada.
El sainete del diputado Pedro Gómez de la Serna va camino de convertirse en novela negra. No hace falta fijarse demasiado para llegar a la conclusión de que es una ajustada manifestación de los males que aquejan la gestión del PP en los últimos años. “¿Es corrupto? Sí, sin duda, pero mientras no lo pillan… qué podemos hacer”, se alega a modo de excusa para no prevenir. En todos los casos, donde ha saltado la liebre, es igual. Al final, ninguno es responsable de nada. Aunque el partido se desangre y a cada elección que pasa sume menos apoyo.
Nadie es responsable. Claro. Todos actúan por delegación. Porque las decisiones las toma, todas, la autoridad competente. ¿Quién es esa autoridad competente? Me imagino que Mariano Rajoy. Y digo “me imagino” porque son otros (el círculo que habla con el líder) quienes transmiten urbi et orbi a los demás la verdad revelada. A fin de cuentas “el jefe” es el mejor exégeta de lo que opinan 800.000 militantes...
Pues bien, en este tema de Gómez de la Serna muy pocos pueden llamarse a engaño. La misma secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez Castro, fue informada hace tiempo de las venturas y desventuras del que fuera portavoz del PP en la Comisión Constitucional del Congreso. Supongo que tan delicada información no fue transmitida al presidente del PP. De lo contrario no hubiese sido incluido como número dos en la lista por Segovia.
Tampoco debió transmitirse al PP provincial. Desde Génova 13 aseguran que si ha habido algún culpable de que Gómez de la Serna sea hoy diputado son el presidente provincial, Francisco Vázquez, y la candidata Beatriz Escudero que “se empeñaron en que fuese en la lista”.
Bien está: Pedro Gómez de la Serna, sentado en el Grupo Mixto, servirá a modo de estatua recordatoria de una etapa del PP que hay que cerrar. Pero también es el retrato de una manera de trabajar donde lo que ha importado es ser dúctil más que eficaz.