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El afán inmobiliario de la Pantoja, una tabla salvavidas para Isabel

Cuando todo era un tiempo de bonanza para la madre de Kiko y Chabelita, Isabel invirtió en el ladrillo. Una decisión que, ahora, puede ser la solución a sus problemas. Eso y algún as.

Isabel Pantoja tiene un futuro incierto

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A pesar de que la vida sigue dando giros inesperados en la vida de Isabel Pantoja, parece que los grandes sobresaltos han terminado para la viuda de Francisco Rivera Paquirri.

Los siguientes pasos que le quedan por dar a Isabel tan sólo responderán a una estrategia bien trazada y que, tras ser meditada y debatida sobre todo con su hermano Agustín, pueden terminar de aportar calma a la vida de Isabel.

Ejemplo de ello han sido una Navidad de lo más tranquila en la que Isabel ha estado acompañada de los suyos. Se ha dejado ver poco o nada y se ha dedicado a descansar y a disfrutar de las fechas señaladas en las que han podido estar en familia. Eso sí, no tanto como quisiera.

De hecho, la Pantoja ha notado algún pinchazo de desplante tras ver cómo Chabelita y Kiko no pasaban Nochebuena con ella y se decantaban por la familia de Alejandro y de Irene Rosales, respectivamente. Algo normal cuando se tiene pareja, pero que Isabel esperaba que fuese de otra manera después de haber conseguido este largo permiso de la cárcel.

A lo que se sumaba la jornada de Reyes que Isabel hubiera deseado pasar con sus nietos y en la que Kiko ha posado, de nuevo, junto a la familia de Irene. Pero en el caso de Isabelita la cosa ha sido más sangrante, ya que la joven ha preferido invertir su tiempo con Dulce y llevar a Albertito junto a su niñera a la cabalgata de Reyes.

En otras cosas

Pero más allá de las divisiones familiares, le quedan a Isabel sus hermanos, su madre Ana y muchos quehaceres para afrontar sus deudas. Y es que, recordemos, a Isabel le queda por pagar todavía una cuantiosa parte de la deuda que tiene como parte de la condena que le fue impuesta.

Isabel ha tenido que volver a poner en venta parte de su patrimonio.

Por eso Isabel ha tenido que volver a poner en venta parte de su patrimonio. Después de deshacerse de su querida casa de La Moraleja, en la que tan buenos ratos pasó, y de la ya “odiada” casa Mi Gitana, Isabel ha tenido que ofrecer dos áticos que tiene en la localidad malagueña de Fuengirola y con los que espera afrontar los cuatrocientos mil euros que todavía adeuda a la Agencia Tributaria.

Mientras tanto, hay quién dice que, supuestamente, de alguno de los pagos a los que ha tenido que hacer frente Isabel como parte de su condena se han hecho cargo unos empresarios con los que, la que fuera amiga de María del Monte, tiene muy buena relación personal y profesional.

Una ayuda para que la tonadillera gane en solvencia, y que, a dichos empresarios, les permitiría mirar hacía un futurible concierto con el que la Pantoja empiece a saldar más deudas.

Como respaldo, la madre de Kiko y Chabelita todavía mantiene un local de 600 metros cuadrados en Sevilla, Cantora que heredó de Paquirri, una plaza de garaje y la casa de la aldea de El Rocío. Un patrimonio que quiere dejar como respaldo ante futuras adversidades.