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Leña al PP: Patxi López prepara un Congreso hostil para los populares

No ha movido un dedo para lograrlo, pero el socialista tiene suerte. La misma que tuvo para convertirse en lendakari le ha llevado ahora a ser presidente del Congreso. ¿Agradecido? No.

Por segunda vez en su carrera Patxi López debería dar las gracias al PP.

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Patxi López es un tipo con suerte. De eso no hay duda. Y no sólo porque haya logrado llegar a importantes puestos políticos e institucionales sin estudios universitarios -que ya es algo llamativo- sino porque ha tenido la fortuna de que los demás hagan por él lo que él no haría jamás por los demás. En concreto ha logrado, sin hacer absolutamente nada para conseguirlo, que el PP le apoye en dos ocasiones diferentes para dos cargos de indudable valor: lendakari y presidente del Congreso.

La virtud del buen periodista es estar en el lugar adecuado en el momento preciso; eso es exactamente Patxi López a la política. Le sucedió por primera vez en mayo de 2009 cuando el PP le regaló los votos de sus 13 diputados para que, sumados a los 25 del PSE, pudiera ser elegido primer lendakari no nacionalista de la historia. Los populares demostraron altura de miras en aquellos momentos en los que el Plan Ibarretxe pretendía llevar al País Vasco a la ruptura con España.

López jamás agradeció al PP su apoyo para ser lendakari a cambio de nada

Fueron generosos con López porque el líder de los socialista vascos les había dedicado, no mucho tiempo atrás, expresiones tan duras como esta: "Al PP no le importa ni la paz, ni la libertad, ni el rechazo a ETA, ni la solidaridad con los asesinados, ni la unidad frente al terror. Sólo le importa una cosa: atacar a Zapatero y al gobierno socialista". Unos meses después de aquello, López se tuvo que tragar sus acusaciones. El Partido Popular, velando por el interés de España más que por el partidista, le dio sus votos sin pedir nada a cambio y le hizo lendakari. Él jamás lo agradeció.

Ahora, López se vuelve a encontrar en un caso parecido. Sin comerlo ni beberlo se va a convertir en presidente del Congreso de los Diputados, la tercera autoridad del Estado por detrás del Rey del presidente del Gobierno. En esta ocasión López se encuentra con una rocambolesca carambola. Y es que no sólo su partido no ha ganado las elecciones -lo que en principio le dejaría fuera de la Presidencia de la Cámara Baja-, sino que ha obtenido los peores resultados de su historia. El PP esta vez no quería apoyarle sino que se ha visto obligado a hacerlo para no quedarse con las migajas de la Mesa del Congreso, víctima de una pinza entre los demás partidos.

Así que López ha obtenido lo que nunca daría. De hecho es uno de los principales valedores de Pedro Sánchez y de la obcecación del PSOE en gobernar a cualquier precio o, si lo prefieren, en echar al PP del poder como primer objetivo político. La altura de miras que le llevaron al palacio de Ajuria Enea es la que le falta ahora a él y a su partido para llevar a Rajoy a La Moncloa.

Si fue incapaz de dar siquiera las gracias al PP por su apoyo en el País Vasco es impensable que en estos momentos facilite lo más mínimo la formación de un Gobierno popular. Más claro lo pudo decir en una entrevista en El País este lunes: "No es posible un entendimiento con el PP, no es posible avalar un Gobierno del PP porque precisamente lo que queremos es cambiar radicalmente sus políticas".

Lo dicho, incapaz de hacer por los demás lo que los demás hicieron por él. Si a él le hubieran aplicado esa misma receta jamás habría sido lendakari y probablemente su historia política habrá acabado allí. Ahora nos lo encontramos como presidente del Congreso. Si va a ser así de ecuánime siempre, el PP ya se puede ir preparando porque se avecinan plenos calentitos.