Pedro Sánchez tiene un plan: así va a callar a Susana y sus críticos
La batalla por la investidura es en realidad una batalla por la continuidad como secretario general y candidato del PSOE. Y al mismo tiempo para ponérselo muy difícil a Susana Díaz.
No será fácil apartar a Pedro Sánchez del liderazgo de su partido. Todos los movimientos para una investidura prácticamente imposible que está haciendo el secretario general del PSOE hay que entenderlos en clave interna. Si consigue lo imposible aplicando el spot publicitario de Nike que el propio Sánchez hizo suyo, Nothing is impossible, se habrá producido, por su empeño e interés, la mayor carambola política de la reciente historia democrática de nuestro país. Pero si no lo consigue será muy difícil reprochar al líder del PSOE su loable intento.
Ésta es la estrategia de Pedro Sánchez. Lo subrayó recientemente en una entrevista radiofónica: “Que me dejen intentarlo, que me dejen soñar, díganme cuál es si no la alternativa”. Y en ésas está. En una nueva campaña dentro de su partido para ser candidato en caso de repetición de elecciones. ¿Quién le va a reprochar entre los barones del PSOE que no ha cumplido exactamente lo establecido por el Comité Federal? ¿Quién le podrá afear un intento nada menos que para llevar a su partido a la Presidencia del Gobierno? ¿Quién le podrá decir que no ha contado con los militantes cuando su intención desde el principio es consultar a las bases a través de una consulta? Y todo ello sin ceder un ápice en las líneas rojas marcadas por Ferraz sobre la soberanía del pueblo español o la celebración de un referéndum por la autodeterminación. Ni siquiera va a negociar con ERC, ni con Democràcia i Llibertat. Con todos dialogando y sólo con Ciudadanos negociando.
Y así se presentará a la investidura. A sabiendas de que es probable que sólo le voten sus 90 diputados, ya que ni siquiera C's se arriesgará a darle un “sí” sin tener asegurado un pacto al mismo tiempo con el PP y en prevención de no “marcarse” para unas hipotéticas elecciones. Pero aun con sus 90 escaños, Sánchez lo habría intentado y quedaría presto y dispuesto para seguir liderando el partido.
Susana sigue sin tirar la toalla
La batalla por la investidura es en realidad una batalla por la continuidad como secretario general y candidato del PSOE. Y al mismo tiempo para ponérselo muy difícil a Susana Díaz. La presidenta de la Junta de Andalucía sigue decidida a liderar el partido en caso de que Sánchez no consiga la investidura. Así lo ha manifestado ya en los círculos más íntimos y así lo confirman los dirigentes partidarios de un relevo en la Secretaría General: “Susana es la que sigue sosteniendo a Pedro Sánchez, y no ha tirado la toalla, quiere presentarse a primarias y presentarse al Congreso”.
De momento, Díaz está “esperando y respetando los tiempos”, pero la decisión la tiene tomada. El problema es que ahora se encontrará por el camino a un Pedro Sánchez que también ha respetado los tiempos, que no se ha saltado ni una sola línea roja de su partido y que ha intentado nada menos que ser presidente del Gobierno con 90 diputados.