Es la guerra: La gota que ha colmado la paciencia de los Vargas Llosa
Tanto han sacado a pasear Isabel y Mario su amor que, al final, han levantado ampollas. Sobre todo, al desvelar que su romance podría haberse iniciado cuando Mario estaba con Patricia.
Mario e Isabel son felices. Lo son y, además, no dudan en demostrarlo y predicar esa plenitud a los cuatro vientos. En ciertas ocasiones con sonados paseos, posados y arrumacos en noches tan llenas de amor, como su reciente homenaje por San Valentín.
Y en otras muchas porque, al final, lo firmado obliga. Más que la nobleza. Y su compromiso publicitario con la familia Colonques y con Porcelanosa ha exigido a Mario y a Isabel conceder mas de una portada a su revista de cabecera y, cómo no, acompañarla de grandes titulares.
Ha sido, precisamente, esa última entrevista con el semanario Hola la gota que ha colmado la paciencia de la familia Vargas Llosa que, hartos de ver tamaña felicidad, se han decidido a hablar.
Muy duro
En esta ocasión el peso de ser tajante y directo con su padre ha recaído sobre Gonzalo Vargas Llosa que, en la entrevista que ha concedido a Martín Bianchi del diario ABC, no ha tenido paños calientes a la hora de afirmar que está muy indignado con su padre.
La cercanía y el encauzamiento de una relación muy rota tras el daño que Mario no dudó en hacerle a Patricia, su mujer durante casi cincuenta años, se ha echado a perder por las declaraciones de un enamorado Mario a la revista Hola. Unas palabras que Gonzalo ha tachado de “falta de sensibilidad, tacto y elegancia alarmante.”
En ella Vargas Llosa aseguraba que, cuando queda poco para celebrar su primer aniversario junto a Isabel, éste había sido el mejor año de su vida; el más feliz. En cambio, para Gonzalo Vargas Llosa, ha sido el más infeliz. Sobre todo al ver que, de forma velada, su padre podría reconocer que empezó su romance con Isabel en febrero de 2015, mes en el que todavía vivía con su prima y esposa, Patricia.
A Vargas Llosa no se le ha pasado por la cabeza ni una sola vez el dejar de pasear su amor con Isabel
Gonzalo reveló, además, que Mario no tiene “relación desde hace meses con dos de sus tres hijos ni con cuatro de sus seis nietos, es decir, no se habla con tres cuartas partes de su familia.” Una situación familiar que Mario no tiene ninguna intención de variar, según cuentas fuentes cercanas al premio Nobel.
Y es que a Vargas Llosa no se le ha pasado por la cabeza ni una sola vez el dejar de pasear su amor con Isabel, ser vistos prodigándose arrumacos o el no volver a ser portada. Algo que su hijo Gonzalo tacha de poco discreto.
Así seguirá la cosa por lo menos un tiempo. Aunque, quién sabe, lo mismo encuentra solución. Isabel Preysler logró reconducir el enfado de su hija Ana Boyer cuando ésta se enteró de la relación de su madre con Mario al poco de morir Miguel.
Una decepción y un enfado, comprensible por otra parte, que han podido reconducir. Un buen Karma familiar que dista mucho del de la familia Vargas Llosa y en el que tuvo mucho que ver un Fernando Verdasco que bebe los vientos por Ana y que hace lo posible por mantenerse ganada a Isabel.