ESdiario

La traición de Vargas Llosa a Presyler con historietas de sexo incluidas

La publicación de su última novela parece justificar el morbo con tal de dar alas a la promoción. Y los chascarrillos sobre Isabel Presyler dan peso al asunto. ¿Qué opina el clan de ella?

Isabel y Mario son muy felices

Creado:

Actualizado:

La reciente presentación de la última novela de Mario Vargas Llosa, Cinco esquinas, ha levantado ampollas en el seno de la familia de Isabel Presyler. Quizás ella, enamorada hasta la médula, esté todavía en esa fase de atontamiento en el que se perdona todo, pero en el clan Preysler no han pasado tan de puntillas las últimas declaraciones del todavía marido de Patricia Llosa.

Y es que Mario parece no darse cuenta aún, a pesar de su gran experiencia, que las cosas que se dicen que huelen a titular, suelen copar estos. Sobre todo cuando, a la presentación de tu libro, la mayoría de la prensa que está invitada no es precisamente literaria.

Isabel no acompañó a Mario en un importante momento profesional como es el lanzamiento de su nueva novela. Algo que, por otro lado, se entiende. La viuda de Miguel Boyer, sabedora de cómo atrae los flashes, no quería quitar protagonismo al Nobel en este gran día.

Y aunque se esperaba alguna pregunta sobre ella, ciertamente no contaba con tanta relevancia y más por culpa de su pareja,

Limpiar su imagen

Lo primero que trató de hacer Mario, o eso nos pareció, fue limpiar su imagen. Cómo si no se explica que Vargas Llosa mordiese de esa manera la mano que le da de comer; o, mejor dicho, la revista de cabecera que les llena más aún la cuenta corriente.

Con todo el cuajo Vargas Llosa declara que si él pudiera elegir no aparecería en '¡Hola!. Ahí queda eso. Y lo dice un hombre que en los últimos meses desde que se dio a conocer su relación con Isabel ha salido casi diez veces en portada de Hola. Para no querer…

Lo que no creemos que le haya hecho mucha gracia a Ana Boyer es que Mario haga de anfitrión en la casa de Isabel

Entonces, ¿cómo interpretamos sus recientes posados? No quiere pero no sabe negarse ante Presyler. ¿Es parte de ese atontamiento de Mario por la madre de Ana y Tamara?

Esgrime un es que me quita mucho tiempo, que no será mucho menos que el que ha dedicado a los periodistas de XL Semanal en su última aparición. Aunque aquí, revista más blanca que el Hola, lo hace en solitario. ¿Quizás es, entonces, culpa de los acicalamientos de Isabel entre foto y foto?

Llosa habla sobre la nocturnidad de Isabel y los desencuentros porque él es más bien madrugador. Pero, sobre todo, destaca lo bonito que es recuperar esa emoción del amor a los ochenta años. ¿Lo malo? Que a lo largo de sus entrevistas entrelaza los comentarios sobre lo importante que es el sexo y cómo se convierte en tabla de salvación? ¿Se referirá a algo más que a su última novela?

Lo que no creemos que le haya hecho mucha gracia a Ana Boyer es que Mario haga de anfitrión en la casa de Isabel, esa que compartió con Miguel hasta que éste falleció. Si vive allí, debe tener su comodidad, pero ya que pose abiertamente y, sobre todo, en la misma biblioteca en la que Boyer pasaba tantas horas… Algo de resquemor parece que ha despertado de nuevo esta situación en la hija pequeña de Boyer.

tracking