Toño Sanchís aguanta la risa mientras se prepara para tirar de la manta

Belén Esteban ha decidido escapar de la polémica viajando hasta la República Dominicana. Junto a Miguel, el feliz conductor de ambulancias con el que, dicen, podría casarse antes de final de año, la colaboradora de Sálvame posa intermitentemente para sus seguidores de las redes sociales. Todo son contoneos y apasionados besos sobre la arena blanca del paraíso.

Sin embargo, su actitud ha despertado el enfado de quienes creen que tanta sobreexposición esconde una trapacería innecesaria contra los reporteros gráficos. No es exagerada la opinión de quienes califican de desafortunado el comportamiento de la Esteban. Nadie mejor que ella conoce el engranaje que permite mantener viva a la prensa del corazón, por lo que auto retratarse dificulta el trabajo de aquellos que, hipotecados hasta el ahogo, siguen sus pasos para salir adelante. Poca generosidad ahora que los medios reman a su favor con el conflicto que mantiene con Toño Sanchís.

Toño se parte de risa ante quienes miran hacia él por el asunto del detective

Es el representante el otro protagonista del culebrón. Hace unos días explicaron que Toño habría contratado los servicios de un detective privado para que controlara los movimientos de Belén. Las carcajadas de Toño evidencian que la información difundida poco o nada se ciñe a su realidad. Sanchís niega tajantemente los hechos y asegura que no necesita la ayuda de ningún tercero para saber cómo se desarrolla Belén durante sus largas jornadas. Nada hay de cierto, por tanto, en la obsesión que algunos le atribuyen. Más bien todo lo contrario.

Toño está dispuesto a tirar de la manta, pero será cuando las circunstancias le sean favorables. No tardará en llegar ese día. De momento Belén sigue sin confirmar que ha interpuesto la famosa demanda ni tampoco ha concedido la entrevista definitiva con la que, según su testimonio, demostraría con pruebas haber sido víctima de una inconmensurable estafa. ¿Por qué calla ahora?