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Nuevas traiciones y agorafobia, los males que atenazan a la Pantoja

Dulce, la que fuera cuidadora de Chabelita no atiende a razones. Está dispuesta a volver a sentar en el banquillo a la que, durante mucho tiempo, fue su más cercana. Pero no es el único mal.

Isabel puede sentarse de nuevo en el banquillo

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Isabel Pantoja sigue, poco a poco y como puede, con su vida fuera de la cárcel. Una existencia a la que le está costando aportar normalidad, pero por la que Isabel se esfuerza. Y es que, ya se sabe, son numerosas las vivencias que ha afrontado Isabel y mucho lo que la han marcado.

Tanto, que la Pantoja ha incorporado nuevos miedos a su vida. Unos temores que antes no existían y que, según cuentan a ESdiario sus más cercanos, han aparecido una vez que ha salido de la cárcel. La preocupación nace porque, en cierta manera, a la abuela de Francisco, Alberto y Ana le están impidiendo recuperar la normalidad en su forma y estilo de vida.

Isabel tiene miedo a salir de casa. Le cuesta abandonar Cantora y son pocas las veces que la hemos visto lejos de la tranquilidad de sus muros de cal blanca y de su madre, Ana, o su hermano Agustín.

Isabel tiene miedo a salir de casa. Le cuesta abandonar Cantora y son pocas las veces que la hemos visto lejos

Supuestamente, tiene una especie de agorafobia que le impide estar en plena calle con normalidad y, sobre todo, con miedo a que la gente se le acerque. Quizás porque se ha acostumbrado a espacios pequeños después de su estancia en prisión o por el temor a que alguien le eché en cara aquello por lo que acabó en la cárcel.

De hecho, se rumorea que su plantón a la revista Hola –con lo que le costaron a Kiko las negociaciones con el citado semanario- se debió a su miedo a posar con el resto de la gente y a dar pábulo a nuevos comentarios.

Por eso Isabel permaneció en otra estancia, con muy pocos amigos y tan sólo con la visita de sus hijos, sus nietos y el comentado Diego Gómez. Un estar y no estar que trató de captar un amigo traicionero. Una foto que, como sabía el amigo impío, valía su peso en oro.

Menos mal que los Rivera y los Pantoja pudieron parar al citado insidioso. Aunque, por desgracia, no es la única traición a la que va a tener que hacer frente Isabel.

¿Nueva denuncia?

Y es que Dulce, la que fuera mujer de confianza y muy cercana a Isabel durante más de veinticinco años, puede ser la siguiente en buscarle las cosquillas a la viuda de Paquirri. Muerde la mano que le dio de comer y no le da ninguna pena.

Ella mantiene su cercanía y su buena relación con Chabelita, a la que quiere como una hija y la única de Cantora con la que sigue manteniendo relación. Si Isabel segunda no se enfada con esto, Dulce seguirá adelante con su denuncia.

La causa del futurible pleito es el deseo de Dulce de recuperar sus cosas. Aquellas que se quedaron en Cantora por ser despedida de un día para otro. No le dio tiempo a recoger nada y, ahora, se lo reclama por vía notarial a Isabel Pantoja.

Incluso, dicen, Dulce llegó a aparecer en Cantora para pedírselas en persona a la Pantoja y ésta no dudó en echarla sin paños calientes. La denuncia es el primer paso y, casi seguro, la exclusiva el segundo… De alguna manera hay que seguir comiendo ¿no?

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