Isabel Preysler busca ayuda judicial para plantar a los hijos de Miguel Boyer

Isabel Preysler siempre ha estado protegida con un manto de invisibilidad. Pocos escándalos, vida cómoda y respeto de la prensa. Sin embargo, la sobrexposición actual le ha puesto en el disparadero. Parece que su noviazgo con Mario Vargas Llosa hubiera desarmado la coraza protectora. Las polémicas se agolpan. Su hija Ana se muestra esquiva ante los medios pero en la intimidad no comulga con su nueva relación. Tampoco Chabeli que, allende los mares, parece haber olvidado los días difíciles junto a Cristhian Altaba y ahora desautoriza el amor maduro.

Los hijos de Miguel Boyer se muestran contrariados ante la actitud de Isabel Preysler

Pero, sin duda alguna, la mayor preocupación de la musa de Porcelanosa recae en los hijos de Miguel Boyer. Han abierto la Caja de Pandora al explicar que todavía no han recibido la parte de la herencia que les corresponde. Insisten en que, incluso, Isabel se ha opuesto a entregarles recuerdos del ex ministro e incluso les ha impedido el acceso a Villameona, la mansión con la que Boyer se catapultó al snobismo farandulero. A pesar de que la Preysler ha afrontado (a través de Pilar Eyre) el desencuentro asegurando que su último marido llegó a su vida con solo una maleta, nada encaja. Fuentes solventes confirman a este periódico que, en los próximos días, Isabel mantendrá una reunión con un conocido abogado para encauzar legalmente las declaraciones de los Boyer a las que, en petit comité, ha calificado de "insolentes". Las mismas voces apuntan que la filipina tiene intención de solicitar medidas cautelares para que eviten pronunciarse sobre ella. Así mismo también se estudia la posibilidad de emitir un comunicado de prensa para aclarar la situación y encender una luz entre la tiniebla.

No obstante, todas las miradas están puestas en Cristhian Boyer, hermano y albacea, como responsable de no haber repartido consecuentemente. Aunque la ley le permite cumplir la última voluntad durante los sesenta meses posteriores al fallecimiento, los vástagos creen que su tío está actuando con la aprobación de Isabel, con la que siempre mantuvo una buena relación. No es la primera vez que Cristhian Boyer se ve envuelto en un conflicto hereditario. ESdiario ha podido saber que el 20 de marzo de 2008, Marisol, viuda de Nicolas Boyer, se personó en la comisaría de Chamberí para relatar que el 18 de ese mismo mes, su cuñado Cristhian acudió a su domicilio para recoger unos libros. Ante su negativa, el hermano de su marido le "arañó una muñeca" y le propinó "varios empujones". En la denuncia a la que ha tenido acceso este periódico se narra otro episodio que tuvo lugar días antes en la habitación en la que Nicolás acabó vencido por una larga enfermedad.

Marisol explicó que su cuñado, que nunca aceptó su relación, se personó junto a su mujer y una hija de su marido y le espetaron que se "fuera del lugar porque estaba de sobra". Tras estas palabras y, siempre según su testimonio, su hijastra pasó a los hechos y le sacó de la habitación "tirándole del cabello". Aunque la denuncia prosperó y los hechos fueron tipificados de coacciones y faltas, Marisol decidió retirar la acusación, quizás porque alguien le sugirió que mantuviera la línea de discreción y alcanzara un acuerdo pacífico para el cese del usufructo sobre el 50% de la propiedad del inmueble (de 400 metros cuadrados y grandes lujos) que el fallecido disponía en la calle Velázquez de Madrid. Cuestión de herencia.