Manolo Santana prefiere guardar silencio ante la nueva vida de Mila Ximénez
Me encontré al tenista, respaldado por su nueva mujer, y se mantuvo muy firme en su decisión de no hablar sobre la madre de su hija Alba. La reacción me sorprendió, tanto como Cantizano
Manolo Santana junto a su mujer, Claudia
Madrid se vistió de solidaridad para celebrar la tercera edición del Charity Day del Mutua Madrid Open donde, cada año, se reúnen famosos de todos los ámbitos para luchar por una buena causa. En esta ocasión se recaudaron fondos para ayudar a los refugiados de Siria a través de proyectos de ACNUR, CEAR, Mensajeros de la Paz y UNICEF. Un gesto muy aplaudido por el público que, entregado, no dudó en ovacionar a todos los ilustres invitados.
Disfruté viendo en pista a Rafa Nadal como uno más. Pude hablar con él solo unos segundos pero tuvo tiempo para agradecer a la prensa el afecto y el cariño que recibe en cada torneo. Verle de cerca me produjo una fascinación impropia de quién suele relacionarse entre lentejuelas y micrófonos. Pero él no es uno más. El mallorquín es un icono del deporte. Nuestro tenista más internacional. El más importante de todos los tiempos, siempre con permiso de un Manolo Santana al que los años han menguado pero no maltrecho. Prefirió callar cuando le pregunté por las aventuras y desventuras de Mila Ximénez en Supervivientes. Su mujer, Claudia, evitó que siguiera preguntándole.
En la Caja Mágica me encontré también con Feliciano López que empieza a peinar sus primeras canas. Su cristalina mirada se clavó en la mía cuando le pregunté por su fabulosa Alba Carrillo con la que mantiene una idílica relación sentimental: "es brillante", me dijo. Me gustó la cercanía de Jaime Cantizano, siempre tan galante y discreto, encargado de conducir el acto junto a una Luján Argüelles menos lánguida y misteriosa que en otras ocasiones. Cantizano se ha reciclado con éxito como presentador del morning show de Cadena Dial con el que despertar es mucho más apacible y divertido. Atrévete crece al mismo tiempo en que el jerezano demuestra que a camaleónico no le gana nadie.
Me entusiasmó comprobar que Cayetano Rivera, quien no tenía su mejor tarde, es capaz de enfrentarse a la muerte en una plaza de toros y de convertirse en árbitro en menos de una semana. Ejerció con soltura y resolvió con profesionalidad los conflictos de la competición. Me reí con la gracia de Aldo Comas, marido de la genuina Macarena Gómez, que se llevó los aplausos más sonados. Aitor Ocio, marcando pectoral, la cantante Edurne o el internacional Stany Copet fueron algunos de los otros invitados a una ceremonia que sirvió para demostrar que la fama también sugiere ayuda.