"Megáfono y bocadillo" frente al "pacto de los botellines"
Una situación política inédita requiere una campaña electoral atípica. Los estrategas del PP van a dar la vuelta como un calcetín a las anteriores campañas de Mariano Rajoy.
Se acabaron los grandes mítines en los grandes recintos, como polideportivos y plazas de toros. Estos quedarán reducidos a dos o tres actos en el arranque y al final de la campaña. El resto será una campaña “pegada a la calle, visitando a los vecinos e improvisando mítines en ciudades pequeñas y zonas rurales”. Este es el objetivo que se ha marcado el equipo de dirección del PP y una de las “ideas fuerza” que tiene en la cabeza el director de campaña, Jorge Moragas, de cara al 26J.
En realidad es algo que ya viene haciendo desde hace tiempo Mariano Rajoy, que puso en práctica “con éxito” en la campaña del 20-D, y que volverá a repetir. Es un terreno en el que se desenvuelve bien el líder del PP y los mensajes tendrán la misma o incluso mayor difusión a través de los medios de comunicación.
La clave de la estrategia popular pasa por movilizar a todos sus votantes sin ahondar en el cansancio de los ciudadanos
Se trata de hacer algo lo más parecido a una campaña de “megáfono y bocadillo”. De compartir momentos concretos con los vecinos de una localidad, en un bar, en la plaza del pueblo, o visitando lo más representativo de esa localidad. De hecho es algo que ya ha venido haciendo Rajoy en las últimas semanas en localidades como el Toboso, Guadalajara, Puerto Lápice o Guadamur. Este fin de semana estará en la provincia de Almería y Málaga, y aprovechará el traslado de una capital a otra para detenerse en El Ejido y departir con los productores de tomate de la zona.
En la retina de muchos está el mitin improvisado que hizo Mariano Rajoy en Benavente. Cuando en mitad de la calle y subido a un banco de un parque lanzó varios mensajes a los ciudadanos que le iban acompañando por la calle. Entre ellos el ya famoso “traspiés” de “los vecinos y el alcalde”
Rajoy se dirigía a los simpatizantes congregados lanzando una arenga en favor de los candidatos a las alcaldías por el PP que no habían podido gobernar tras el 24-M por culpa de los pactos de los otros partidos. El presidente del Gobierno criticaba los "compadreos" de otras fuerzas a la hora de constituir Ayuntamientos: "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde", dijo el líder popular antes de los aplausos de los presentes y de darle la palabra a su secretario de Organización, Fernando Martínez Maíllo. Un mitin que, a pesar del lapsus, tuvo un efecto muy positivo, y se lanzó una imagen de cercanía.
El debate a cuatro
Pero esta campaña “atípica” del 26 de junio tendrá también su protagonismo en los debates electorales televisados. Es probable que tampoco haya exceso de los mismos como en el 20 de diciembre. Debates a dos, a cuatro, a cinco, a doce, etc… El debate sobre los debates es algo que también ha llegado a cansar a los ciudadanos. Pero en esta ocasión ningún candidato se podrá librar de protagonizar al menos un debate a cuatro.
En esta ocasión ya no valen los argumentos de Rajoy para debatir sólo con el “líder del principal partido de la oposición” porque entre otras cosas no se sabe quién ni cuántos serán los líderes de la oposición. Y tampoco vale el argumento de la “no representación parlamentaria” de algunas formaciones, como Ciudadanos y Podemos, ya presentes en el Congreso desde diciembre. Desde el PP, en cualquier caso lo tienen claro. Habrá que dialogar y negociar el posible debate pero “casi con toda seguridad” Mariano Rajoy sí acudirá en esta ocasión a ese debate a cuatro.