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Ni por orgullo ni por dignididad: asi reapareció El Cordobés

El torero apareció en público tras la sentencia que reconoce que es hijo de Manuel Benítez. Pero no acertó a responder con franqueza

Manuel Díaz El Cordobés durante la presentación del nuevo Jaguar

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Aparentemente tranquilo pero con sus manos dibujando, inquietas, nerviosismo e intranquilidad. Manuel Díaz El Cordobés reapareció ante la prensa tras ser reconocido como hijo legítimo de Manuel Benítez. Con las suelas de los zapatos quemadas por las pisadas, pero impecable con un traje azul que silueteaba una evidente delgadez que parecía mayor ante la inmensidad del Jaguar F-PACE, el primer SUV deportivo Premium del mercado, que descansaba en el nuevo concesionario Quiauto de Alcalá de Henares.

En el acto, organizado con solemne meticulosidad inglesa por Verónica Zabala (Noho Comunicación) y por la siempre magnánima Belén Lacalle (directora de comunicación de Jaguar LandRove), pude conversar con Manolo a quien saludé con extraña y desconfiada efusividad. Reconoció que no llamará papá a su adjudicado progenitor y que, en efecto, no tiene intención de telefonear a su padre.

La vanidad habría llevado a Manolo a luchar por obtener un apellido que rechaza frontalmente

Le pregunté categórico por si el dinero había sido el principal motor en tiempos coléricos. Pero Manuel no supo qué responder ante mi pregunta. Más bien se enredó en pensamientos filosóficos que me demostraron que, tras su impostada seguridad, sigue sin tener clara la motivación que le ha empujado al coso judicial. Ni por orgullo ni por dignidad. Pero tampoco por afecto ni por dinero. Acaso por una vanidad que le permite lucir galante ese apellido paterno que ahora rechaza. Porque Manolo no quiere ser Benítez. Pero sí Cordobés. Porque ha encontrado en el embrollo judicial una pensión vitalicia. Esa faena perfecta que prometió no acometer por respeto a su madre y que ahora torea con soltura: "no lo he hecho por dinero porque si hubiera sido así, lo hubiera hecho mucho antes. Yo genero mucha pasta por muchas cosas y, aunque no es bonito hablar de estos temas, para un pucherito siempre tengo".

Manolo aseguró que no le importaría hablar con su otra hermana para intercambiar experiencias

Tampoco fue claro Manolo al referirse a su hermana Mariángeles a la que tachó de aprovechada cuando saltó al ruedo exigiendo reconocimiento paterno: "yo nunca me opuse ni me pareció mal. Quizás en algún momento podremos hablar y poner en común nuestras experiencias", me dijo fijando sus verdes ojos en los míos, incrédulos y taciturnos. Noté que no era franco en sus bienaventuranzas ni en ese interés en tender un puente hacia la comunicación. La misma que tampoco tendrá con su hermano Julio, a quien nombró por exigencias del guión. Fue comedido y parco en las palabras pero incombustible en el lenguaje no verbal y en el sudor que manchaba su frente.

El torero reconoció haber escogido a la revista Hola porque era la forma más elegante

Salió airoso el torero cuando Mónika Vergara le preguntó por la elección de las exclusivas para hacer pública su lucha: "era la forma más elegante" aunque no atinó al explicar cómo le comunicó a su madre que ya tenía padre reconocido "se lo dije y luego le pregunté qué había para comer", contestó manteniendo esa naturalidad que, me van a perdonar, parece más bien fingida y alterada.

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