Al descubierto las mentiras del divorcio de Merino y Mar Flores
Las cosas no siempre son cómo las pintan. Y si no que se lo digan al más que ex matrimonio Merino Flores. Lo que nos vendieron de buenas relaciones y entendimiento, no lo es tanto. Hay más.
Están condenados a entenderse. Más que nada, como ocurre con otros muchos divorcios sonados, por el bien de los hijos. Y si no que se lo digan a Marta Ortega y Sergio Álvarez, Nieves Álvarez y Marco Severini, Melanie Griffith y Antonio Banderas y un largo etcétera.
Ese mismo caso es el que están afrontando ahora Mar Flores y Javier Merino que, aunque al principio casi todo fueron buenas palabras e intenciones, ha llegado un punto en el que la cosa se ha torcido. Y eso que se acaban de dejar ver juntos, y bien avenidos, en la comunión de su hijo Beltrán.
La petición específica de Mar de ser ella la que anunciase su separación de Merino fue fácil de conceder. Y, por ello y por la buena vida que le “daba” Javier, quizás Mar se pensó que el resto de la historia sería igual de suave.
Pero nada más alejado de la realidad. La idea originaria de seguir llevándose bien por la buena marcha del negocio ha saltado por los aires. Mar podría querer más.
Si que es cierto que en lo que a los hijos se refiere, Mar y Javier están sabiendo mantener la cabeza fría. No discuten delante de ellos –o, al menos, no de forma sonada- y los temas a tratar lo hacen cuando ellos no están. Así la cosa les salpica lo menos posible.
Pero los niños crecen y algunos de los de Mar ya lo han hecho. Con lo que implica. Además de saber leer por ellos mismos lo que se publica de sus padres, también está el quid de que otros niños utilizan lo que saben para hacer burla en el colegio.
Sonadas diferencias
Y aunque todo esto, evidentemente, preocupa a Mar y a Javier, el verdadero problema está en otra parte. La imagen idílica y sin problemas que nos vendieron a la hora de hacer pública su separación ya no cuela. No ha sido, ni lo está siendo, tan fácil y llevadero como nos quieren hacer creer.
De hecho, ahora es cuando podrían estar empezando a primar los intereses personales; justo el momento en el que Flores podría haber saltado. Mar podría estar negándose a firmar su divorcio porque no quiere aceptar las migajas que Merino le deja.
Cree que merece algo más. Pero sobre todo sus hijos. Quizás por eso toma esta medida de presión como otra cualquiera. Algo que está poniendo de los nervios a Javier Merino. Tanto, que podría recular, como represalia, en ciertas concesiones que le ha hecho a Mar.
Mientras tanto la forma de liberar tensiones de la modelo está bien definida. Playa, descanso y, por supuesto, mandarles mensajes bastante contundentes a tu ex por ciertas redes sociales…