Los mensajes de Belén Esteban a Toño Sanchís que demuestran la única verdad
Aunque la colaboradora mantenga que desconocía que su ex representante tenía dinero guardado, lo cierto es que hay un mensaje de texto en el que todo cambia...
No se ha escrito el último capítulo del novelón que protagoniza Belén Esteban. De su afrenta sin precedentes contra Toño Sanchís. De esa batalla descarnada -y televisada, of course- que mantiene con su ex representante. El mismo que defiende su inocencia salpicando el ambiente con dardos lingüísticos desde Lecturas, aunque sin entrar a matar. Prefiere ver los toros desde la barrera hasta que la demanda, interpuesta el trece de mayo, llegue hasta su domicilio. Casi un mes después de la presentación tele(p)mática todavía no hay rastro de la misma. Tampoco ha mostrado Belén el "recibí" que decía poseer y que demostraba que Toño había recogido la citación. De nuevo, el baile de la confusión. El sí pero no. La acusación mayestática pero imposible de acreditar.
En las últimas semanas se dibuja a una Belén olvidadiza. Amarga. Triste y descangallá. Aducen a su superada drogadicción para explicar que no sabía lo que firmaba, que la nebulosa mental le impedía afrontar responsabilidades. Las mismas que, en la época desterrada, defendía y asumía: desde la educación de su hija hasta las deudas millonarias con la Agencia Tributaria. Porque, aunque Belén haga malabares con las fechas, sus problemas con la Administración empezaron en 2006, cuando Sanchís todavía saltaba por los escenarios de España junto a los Inhumanos. Pero prefiere no asumir. Es, como si desde que compareció por primera vez en Tómbola sintiera la imperiosa necesidad de responsabilizar a un tercero de sus actos erráticos. Aquella noche, su primera en el show de Ximo Rovira, frente a una Lydia Lozano aguda, perspicaz, directa, Belén recibió más de un golpe inesperado. Pero ese será otro cantar.
Belén sigue manteniendo que Toño le ha sisado parte de su patrimonio económico. Cerca de quince millones de euros que, según fuentes consultadas, podría haber ganado desde que su primera portada en Hola por la que se le pagaron cerca de treinta millones de pesetas. Esteban asegura que, en la documentación aportada en los tribunales, se sostiene que ha sido víctima de una trama económica que ha dejado sus cuentas temblando. Insiste en que los contratos, que ella misma firmó, están llenos de inexactitudes y de datos kamikazes que, efectivamente, tendrán que ser probados. Porque este que les escribe desconoce los pactos a los que uno y otra llegaron para solventar sus problemas. Tampoco se me ha permitido cotejar la prueba documental de Belén para intentar ajustar mis números en los suyos.
Sea como fuere, la realidad no siempre es tan meridiana. He podido comprobar la existencia de un mensaje de texto en el que Belén conoce y aprueba que Toño mantenga en su cuenta una partida económica, cercana a los quinientos mil euros, para hacer frente a pagos imprevistos e impuestos. Una cantidad que, al parecer, Toño administró hasta que los problemas saltaron por los aires.
Pero Belén también miente al explicar cómo descubrió que Miguel Marcos le había sido infiel con una camarera en noches alternas. A pesar de que ella ha confesado en reiteradas ocasiones que fue él quien se lo explicó, la realidad fue más bien distinta. Ocurrió cuando Belén y Toño viajaban en su coche. El ex representante recibió una llamada de teléfono. Era su chivo expiatorio. Al descolgar, una voz femenina confirmaba las peores sospechas. Miguel había cometido una segunda infidelidad. Toño tranquilizó a una Belén presa del pánico que, pocos segundos después, telefoneó a su novio. Lo que pronunció en aquella conversación sólo compete a los protagonistas.
Días más tarde, Belénse sentaba en Sálvame Deluxe. Quería explicar el motivo de su angustia. Asumir que su novio le había sido desleal. Confesó y mintió hasta provocar el enfado de Toño. Pero Belénescribió un mensaje que ahora lo explica todo: "Toño he tenido que decir que me enteré por él porque si no se lía...", justificó apresurada, días después de que confesara al mismo receptor que Miguel "ha quitado de en medio a mi hermano, a mí madre y ahora va a por ti". Incontestable.