¿Quién sujetaba a quién?
Asaltado por un repetido ataque de rabia, el hombre se lanzó contra la mesa, la pateó, tiró las octavillas, se revolvió violentamente contra todos y contra todo, y ladró: "Iros del barrio”.
@begonavillacis: “Ni diez como tú, ni nadie que nos quiera aplicar su propia ley mordaza, ante los totalitarios #NoNosCallarán”
La típica mañana tranquilla de un domingo de junio en una calle de Vallecas.
El único ajetreo perceptible era el de unos chavales de Ciudadanos, que se afanaban en ordenar unas hojas informativas del partido, distribuyéndolas con mimo sobre una pequeña mesa instalada en la calle.
Pero de repente llegó Él. El Hombre. Encorvado, rapado, con la típica mirada inteligente de un tentetieso de feria.
Un perro lo llevaba al otro lado de una correa. Y todo sucedió muy deprisa. Asaltado por un repetido ataque de rabia, el hombre se lanzó contra la mesa, la pateó, tiró las octavillas, se revolvió violentamente contra todos y contra todo, y ladró: "Iros del barrio”, “No vais a venir aquí a repartir vuestra mierda”, “Sois unos putos nazis de mierda"…
Se confirma que el perro nada pudo hacer por evitarlo. Atónito y nervioso, asistía impotente al lamentable espectáculo que estaba dando su mascota. Al final, y después de unos insistentes tirones de correa, el perro puedo reconducir la situación y alejar a la bestia, aunque no pudo evitar que ésta lanzase su último ladrido: "Voy a venir con diez personas y vamos a reventar esto, ya verás...".
En unas recientes declaraciones, reputados psicólogos del comportamiento animal han tratado de explicar la reacción de la bestia. Según parece, la raza a la que pertenece este concreto espécimen, que es la de los psicópatas totalitarios, es muy territorial. Se caracterizan por ser muy celosos de la protección de su hábitat, de modo que si éste es invadido por sus enemigos, se lanzan a la yugular de los intrusos y no hay correa que los pare.
¿Que cuáles son sus enemigos? Obviamente, todos aquéllos que piensan distinto… Bueno, seamos rigurosos: todos aquéllos que piensan.
Pero lo importante es la lectura moral que algunos entienden que debe hacerse de todo esto: la culpa no es del pobre animal (éste no hace más que obedecer a su naturaleza), sino de los irresponsables afiliados de Ciudadanos que fueron a invadir Vallecas, un territorio que no era el suyo.
Y es que no aprendemos de la Historia. Efectivamente, ésta nos demuestra que si todos respetáramos aquello de “cada cual, en su sitio”, la violencia no existiría. Por ejemplo, los nazis: es sabido que estos toleraban perfectamente a los judíos siempre que no salieran del territorio que les era propio, es decir, de los campos de concentración y las cámaras de gas. O los “socialdemócratas” soviéticos (según el diccionario “Iglesias”), que respetaban igualmente a sus adversarios ideológicos siempre que éstos no se aventurasen más allá de los Gulag y los sótanos de la Lubianka.
Por tanto, en el caso que nos ocupa de la bestia conducida por el perro, debe tranquilizarnos el saber que lo único que necesitamos para estar a salvo es tener la conciencia clara de cuál es, según ella, nuestro territorio. Y, según parece, la buena noticia es que nuestro territorio es muy amplio: todo aquél que no sea el suyo, es decir, todo Madrid menos Vallecas.
Bueno, espacio tenemos. Excelente noticia… Aunque ha de reconocerse que a la vista de las recientes encuestas se empieza a sentir el cosquilleo de una pequeña inquietud: tras las elecciones del 26-J, este animal y sus congéneres ¿qué territorio considerarán como propio?