Lo que Diego Cañamero no cuenta sobre su forma de utilizar el dinero público
Elegido por el pueblo soberano, su primera propuesta en el Congreso de los Diputados resume a la perfección cuál es su modus vivendi. En la España de la regeneración podemita ¿todo vale?
Una sociedad que premia a sus malhechores está condenada a la desaparición por miserable.
En la España de la regeneración podemita en nombre de un “Lenin amable”, colocar a los delincuentes en las instituciones se ha convertido en un obligatorio ejercicio de degeneración política.
Diego Cañamero, representante del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), es un tipo maleducado que ha vivido amamantado por las subvenciones andaluzas.
Elegido por el pueblo soberano, su primera propuesta en el Congreso de los Diputados resume a la perfección su modus vivendi: “Todos los agricultores andaluces tienen que tener derecho a recibir el PER sin necesidad de realizar los jornales obligatorios”. Vivir del cuento a costa del sudor del contribuyente, subsistir gracias a los impuestos de los demás.
Como representante del pueblo soberanista andaluz, acompañado por Sánchez Gordillo, histórico mito revolucionario, ha mostrado en repetidas ocasiones su apoyo a los asesinos condenados de ETA, solicitando el acercamiento de presos de la banda al País Vasco. Curiosamente, ni Gordillo ni Cañamero jamás han mostrado su solidaridad con las víctimas de los terroristas etarras.
Cañamero es un viejo conocido de la Justicia española. El diputado de Podemos ha participado en varios robos y hurtos a supermercados, siempre en segunda línea, escondido para no dar la cara, y ha sido cómplice de las agresiones recibidas por trabajadores y trabajadoras, usando el neolenguaje progreta, de las grandes superficies en nombre de las mal llamadas expropiaciones comunistas forzosas.
Ya en 1986 fue condenado a 1 mes y 1 día de prisión por ocupación ilegal de una finca. En 2013 fue detenido por otra ocupación en Osuna a 7 meses de cárcel.
Cañamero es un gran defensor de los derechos de sus congéneres delincuentes, como su antecesor en la candidatura Andrés Bódalo, quien fue condenado por agredir a una embarazada en una heladería y posteriormente procesado por dar una paliza a un concejal socialistas de Jaén.
El jornalero andaluz se ha adaptado a la perfección al circo del Congreso y ha organizado un espectáculo sin parangón en una rueda de prensa con sus asesores personales, tipos pintorescos disfrazados de periodistas preparados para realizarle preguntas pactadas.
Cañamero también ha renunciado en medio de un espectáculo mediático a su aforamiento, a sabiendas de que es un acto absurdo y ha renunciado a parte de su sueldo para autodonarlo a su partido. Eso sí, nunca ha abandonado la violencia como forma de imposición obligatoria de ideales.
La etapa de Cañamero como alcalde de El Coronil nos ha dejado varias noticias sorprendentes. Utilizó su influencia para arreglar su cortijo con trabajadores de una escuela taller. También anunció la adquisición de una finca en unos terrenos de “monte malo” que después se han utilizado para actividades varias como piragüismo, bodega, curación de quesos, dormitorios múltiples...
Recientemente hemos conocido que utilizó su puesto en la alcaldía para favorecer a familiares con la adjudicación de una finca y casas pagadas con subvenciones institucionales y para colocar como enchufados en el consistorio a parientes cercanos.
Diego Cañamero es un auténtico carroñero del dinero público.