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El reencuentro de Eugenia Martínez de Irujo y Colate Vallejo dispara los rumores

Besos, miradas, abrazos y mucha complicidad. Así ha sido el reencuentro de una de las parejas que más dio que hablar a principios de 2004. Pero, ¿qué hay entre ellos? Hablamos con Colate.

Eugenia Martínez de Irujo y Colate Vallejo Nágera: el reencuentro

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Eugenia Martínez de Irujo y Colate Vallejo Nágera confirmaron que estaban juntos a principios de 2004. Por aquel entonces su noviazgo se convirtió en portada de las principales revistas del corazón. Sus pasos, seguidos con soberanía por los fotógrafos, eran analizados hasta el extremo. No les duró mucho el amor. Tenían el corazón demasiado partido y la pena por haber finalizado sus relaciones con Francisco Rivera y Patricia Pérez. Tras la ruptura, rara vez se les volvió a ver.

Hasta ahora, pues hace unos días Nicolás y Eugenia se reencontraban en Formentera donde ambos han disfrutado de unas merecidas vacaciones. Me cuentan que la complicidad entre ellos era mayúscula. Besos, carantoñas, risas y muchas confidencias al oído. A pesar de que estaban acompañados por otros amigos, lo cierto es que en el ruidoso chiringuito solo se escuchaba el sonido de sus miradas. Flash, flash. Un intrépido bañista consiguió captar el momento exacto en el que la aristócrata abrazaba al empresario.

Unas instantáneas de mala calidad que cayeron en mis manos por casualidad y que, de alguna manera, sirven para confirmar que entre Colate y Eugenia sigue habiendo una química especial. Esa que permanece tras haber compartido amaneceres y sueños de futuro. Pero, lejos de lo que se puede imaginar, lo suyo ya no es amor. Al menos eso es lo que mantiene Colate cuando le marco asombrado por el descubrimiento: "somos solo amigos", me explica con la amabilidad de un vencedor. Porque Colate es el gran desconocido en la prensa del chisme, el gran prejuzgado, al que se critica por inercia. Aunque su realidad sea otra y en realidad esconda una gentilidad y generosidad pocas veces igualada.

Me lamento ante el zasca emocional recibido vía whatsapp, a pesar de que la distancia entre la amistad y el amor son unas sábanas de algodón. Quién sabe. Habrá que esperar...