La confesión de Zapatero que golpea el controvertido rumbo de Sánchez
El ex presidente dejó al PSOE para el desguace. Tras la travesía del desierto de un lustro, parece incapaz levantar cabeza. El actual líder ha ahondado en los daños.
Estupefactos. Así se quedaron sus interlocutores cuando José Luis Rodríguez Zapatero se atrevió a hacer una particular autocrítica de su paso por La Moncloa. En un rasgo de modestia, que algunos tacharán de falsa y otros de pura ingenuidad, lamentó su política comunicativa. De acuerdo con fuentes solventes consultadas por ESdiario, el otrora presidente se explayó a fondo y fue contundente en su autocrítica: “Jamás debí enfrentarme al Grupo Prisa”, sintetizó en privado endureciendo notablemente el gesto. En la confesión llevaba implícita la penitencia.
La decisión estratégica de Zapatero de volcarse en apoyo de Mediapro, el entonces grupo comandado por Jaume Roures y en el que contaba con amigos y confidentes, dando así la espalda a la tradicional vinculación de Prisa con el socialismo, se lo llevó por delante con el gran naufragio económico español. El ex líder socialista se propuso durante su mandato romper aquel cordón umbilical que había unido desde hacía más de dos décadas a sus siglas con los medios del felipismo y crear su propio ecosistema informativo. Es fácil concluir que vivió ensimismado en una realidad virtual, cuando, para sus filas, el diario El País o la Cadena SER marcan la pauta más que cualquier resolución congresual del PSOE, que se dice muy pronto.
Prisa hizo estragos en el zapaterismo; con el sanchismo lleva el mismo camino
Si los destrozos mediáticos en el zapaterismo fueron evidentes, no lo están siendo menos en lo que a Pedro Sánchez respecta. Porque el Grupo Prisa ha decidido “enterrar” al secretario general. A las agresiones él respondió a micrófono abierto en la recta final de la campaña gallega: “Habréis visto que andan revueltos... que hay mucha presión hacia el PSOE. Y cuanto más arrecia esa presión y esos ataques de la derecha política y mediática, más emerge la verdad. Y la verdad es que el PSOE es un proyecto autónomo, (…) nosotros a quien rendimos cuentas es a vosotros y no a esos poderes que quieren que Mariano Rajoy gobierne sin oposición”.
Primarias
A partir de aquí, la línea a seguir, explica un miembro del equipo de Sánchez, está clara: “Si alguien quiere mandar en este partido que se presente a unas primarias”. Esa fuente asegura que el líder socialista se refiere con ello tanto a las arremetidas de Prisa, que ahora cuenta con el fichaje de Alfredo Pérez Rubalcaba para el consejo editorial de El País, como a las del sector crítico que trata de moverle la silla. “Quien no entienda la determinación de Pedro es porque no lo conoce”. Así de contundentes se muestran en los puentes de mando de Ferraz, no sin antes añadir que el líder del PSOE “acepta las críticas, pero en ningún modo las amenazas”.
En todo caso, tampoco han faltado desde su propio entorno quienes han intentado reconvenir a Pedro Sánchez a desplegar ententes en las trincheras mediáticas. Sin aparente éxito. Lo que aparece como una conjura de supervivencia resulta también una exhibición de desconfianza, hacia la mayoría de los barones territoriales y a casi toda la vieja guardia, incluidos los cuatro ex secretarios generales, desde Felipe González, a Joaquín Almunia, pasando por José Luis Rodríguez Zapatero y el propio Rubalcaba, confabulados según la rumorología en organizar una zapatiesta en un hipotético comunicado conjunto a las puertas del próximo Comité Federal. Sin salidas ante el enésimo revés electoral, a las menguadas bases fía ya Sánchez el futuro de unas siglas centenarias.