Belén Esteban, dispuesta a defender a Andrea de informaciones comprometidas
Belén ha recibido buenas noticias: puede regresar al trabajo y tiene la nulidad. Entonces, ¿qué está fallando en su vida? Quizás el miedo a que cierto personaje hable de más...
Alguno de los tropiezos que Belén Esteban se ha encontrado en las últimas semanas parecen ir encauzándose. O, al menos, la madre de Andreíta ha ido recibido buenas noticias. De esas que te hacen sonreír por las mañanas.
Por un lado, ha conseguido canalizar su estado de salud y que el desequilibrio de azúcar que presentaba en los últimos días se acabe nivelando. Lo que quiere decir que puede regresar al trabajo en cuanto reciba el alta del médico.
Y, por otro, a Belén le han confirmado que tiene la nulidad matrimonial y que, si lo desea, puede casarse por la Iglesia con su Miguel. Ha costado, pero por fin la ha logrado. Tras rumorearse que su ex marido, Fran, no estaba dispuesto a firmarla y que le iba a poner una serie de problemas a la de San Blas, todo ha llegado a buen puerto.
Qué es lo que, entonces, no marcha bien en la vida de Belén. Además de sus diferencias con Alessandro Lequio y su eterno cruce de duras palabras, en la vida de la Esteban se sigue manteniendo su otro caballo de batalla: el juicio contra Toño Sanchís.
Una cita legal que, por el camino, se va a aderezando de posibles nuevas demandas y de, cómo no, enfrentamientos dialécticos e insultos varios. Y, ahora, ese fuego tiene nueva leña que quemar. Porque Toño está dispuesto a sentarse y contar todo. Y cómo añada algo de Andrea, Belén la va a liar…
Con fecha
Y no de caducidad, si no de armarla bien gorda. A pesar del odio casi declarado de Toño contra Telecinco, el enemigo de la madre de Andreíta ha tenido que recular y dejar de morder la mano que le da de comer. Al fin y al cabo, la cadena amiga le ha proporcionado un jugoso contrato con un reality y escarceos rentables con ciertos programas.
Entre otros, el que va a tener con Ana Rosa Quintana en cuyo plató se va a sentar mañana a contarlo todo. O, al menos, su verdad y su versión de la historia.
Una manera de calentar motores antes del juicio y de, cómo no, de hacerlo de cara al estreno de Gran Hermano VIP. Y, en su casita, estará Belén Esteban con papel, lápiz y abogado, no vaya a ser que Toño diga algo que ponga en entredicho su imagen y ella tenga que reaccionar. Y, por supuesto, que ni se le ocurra nombrar a su Andrea.
El cuento de nunca acabar…