Se reconcilian: Raquel Bollo recibe el perdón más esperado, el de la Pantoja

Isabel Pantoja ha vuelto a triunfar. Una vez más ha conseguido cerrar todas aquellas bocas que, pavoneándose, aseguraban que sus conciertos no iban a tener éxito y que la viuda de Francisco Rivera se iba a ver obligada a cancelarlos. Y no ha sido así.

Después del éxito que Isabel protagonizó en Madrid, ha repetido con un nuevo baño de masas en Barcelona. Llego, vio y venció. La tonadillera se ha vuelto a vestir con su bata de cola y, ante un nutrido grupo de espectadores, Isabel ha cantado, entonado, hablado y, sobre todo, taconeado.

El Palau Sant Jordi cayó rendido a sus pies y sembró su segundo éxito en esta pequeña, y elegida, gira que realizará por algunos puntos de España. Antes se marchará a Latinoamérica para rendir homenaje a su querido Juan Gabriel y para recordar, y disfrutar, de qué es la libertad.

Cerrar el círculo

Pero antes tenia que dejar ciertas cosas atadas y, entre ellas, como parte de su renovada alegría y de su manera de ver las cosas de color de rosa, a pesar de los disgustos que a veces le da Chabelita Pantoja, dejar que antiguos amigos se acerquen a ella.

Eso sí, no todos, porque lo suyo con Chelo García Cortés no parece arreglado. Pero a la que sí que parece haber dado una segunda oportunidad ha sido a Raquel Bollo. Ahora que la ex de Chiquetete ha dejado de trabajar en Telecinco y no se lleva tan bien con ex compañeros como Belén Esteban, Lydia Lozano o María Patiño, Isabel le vuelve a otorgar sus favores.

Así pudimos ver a Raquel dándolo todo acompañada por sus hijos Manuel, Alma y Samuel, Raquel bailó y disfrutó como una niña de las canciones de su antaño íntima. Y parece que, poco a poco, y tras saludar a Isabel, las cosas habrían vuelto a tener cierto tinte de normalidad.

Junto a Raquel, Luís Rollán y el marido de éste, Alejo Pascual. Y Luis ha querido demostrar una vez más que, tras los roces mantenidos con la madre de Kiko, ha recuperado su cercanía. Quizás no su amistad, pero todo se andará.