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La moción de Murcia del PSOE y C's se cocina en un despacho de la Audiencia

En Italia el sistema político italiano voló por los aires con el Tangentopoli": jueces y fiscales poniendo y quitando candidatos en base a su presunción de culpabilidad. ¿Vamos por ahí?

En el PP nadie entiende el cerril pulso de Albert Rivera.

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Cálculos partidistas y maniobras aparte, la cuenta atrás está servida y la Asamblea de Murcia votará esta semana la moción de censura contra Pedro Antonio Sánchez. La clave se mantiene en la postura que finalmente adoptará C´s. "Toda la presión está sobre Albert Rivera": en ello coinciden las voces populares consultadas. Ciudadanos tiene que decidir si pacta con Podemos y PSOE su respaldo a un presidente sin pasar por las urnas, el socialista Rafael González Tovar, o espera la resolución judicial. Así vino a decirlo Pablo Casado después del Comité Ejecutivo Nacional del PP.

La presunción de culpabilidad es muy peligrosa, que se lo pregunten a los italianos

A la espera de cómo se desenrede el nudo gordiano murciano, Mariano Rajoy se limita, por ahora, a seguir con atención los acontecimientos. Lo más que ha llegado a decir el presidente del Gobierno es que "en algún momento" habrá que abrir el debate "sobre la presunción de inocencia". Sin embargo, Rivera parece no necesitar más pruebas. Y eso que, si echase a volar la memoria sobre personas condenadas al ostracismo en base a "presunciones de culpabilidad", se encontraría, además de las sonoras injusticias cometidas en España, con casos muy instructivos en países de nuestro entorno.

En Italia, sin ir más lejos, los partidos entraron en pánico cuando saltó el escándalo conocido como "Tangentopoli". Jueces y fiscales (Mani pulite) a pleno rendimiento fueron en realidad los encargados de elaborar las listas electorales acabando con la carrera política de parte de los candidatos, señalados con el dedo muchas veces en intencionados procesos judiciales. El sistema político italiano voló por los aires. Ese ambiente fue el que abrió la puerta del poder, tres años después, al populismo de Silvio Berlusconi.

La táctica de la "caza de brujas", tal y como denomina algún mandatario popular lo que se vive, tiene un complicado encaje en democracia. Desde luego, es una aliada pésima para el funcionamiento ordinario de las instituciones. A la postre, los de Rivera, por no dejar correr los tiempos de la Justicia hasta ver si se abría juicio oral a Pedro Antonio Sánchez, han elevado de manera insoportable la presión sobre los populares (incrementada aún más este lunes con la decisión del juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, de implicar a Sánchez en la trama Púnica).

De forma que ya no queda tiempo para que pueda haber una buena salida. Naturalmente, el grueso del PP nacional critica el cerril pulso de la formación naranja. Eso sí, sin descartar ninguna posibilidad. Por ejemplo, que finalmente Pedro Antonio Sánchez deba “sacrificarse” para salvar el Gobierno de Murcia del PP. Los contactos a estas horas se mantienen a todos los niveles. El envite entre populares y naranjas toca a su fin.

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