Un paraíso fiscal en la esquina
Irlanda, Holanda o Luxemburgo son algunos de los destinos, con casos tan escandalosos como el de una firma que se ahorró millones de euros con una trampa a costa de un país muy pobre.
Ni países exóticos ni ciudades lejanas y recónditas. Buscar un territorio adonde llevarse dinero y beneficios para pagar menos impuestos es bastante más simple... y cercano. La ONG Oxfam Intermon lo ha vuelto dejar en evidencia hace pocos días con la presentación de un informe y una recogida de firmas para pedir al Congreso de los Diputados una ley contra la evasión y la elusión fiscal, coincidiendo con el primer aniversario de la publicación de los 'Papeles de Panamá'. Pero, se insiste, no hay que viajar hasta Centroamérica para hallar lo que se conoce como 'paraíso fiscal'. En Europa, a poco más de una hora en avión, están disponibles auténticos santuarios para los evasores.
Por paraíso fiscal se entiende todo aquel territorio o jurisdicción cuyos sistemas tributarios favorecen, de manera especial, a sus no residentes, tanto personas físicas como entidades jurídicas. A tal fin han adoptado de manera intencionada unos marcos fiscales y legales que hacen posible a los foráneos minimizar la cantidad de impuestos que han de pagar allí donde llevan a cabo una actividad económica sustancial.
Aunque estas guaridas para evasores tienden a especializar su actividad o sus destinatarios, la mayoría presentan las siguientes características: poseen escasos o nulos convenios con otros países en materia tributaria; ofrecen a empresas y particulares protección del secreto bancario y comercial; no cuentan con normas de control de movimientos de capitales (origen o destino), lo que posibilita el blanqueo de dinero y reciclaje de capitales; disfrutan de una infraestructura jurídica, contable e impositiva que facilita la libertad de movimiento de personas y bienes; y aportan ventajas fiscales, así como niveles de tributación muy bajos o incluso inexistentes, sólo a individuos o entidades no residentes, sin exigirles que una parte de la actividad económica se desarrolle en el país.
En todo el mundo existen unos 70 paraísos fiscales computados, algunos tan cerca como parte de Holanda o el Reino Unido
Esto se traduce en que las personas físicas (por ejemplo, artistas, deportistas, famosos o jubilados) gozan de los privilegios de un paraíso fiscal residiendo en ese país (no es condición siempre). En estos lugares se evitan las cargas de impuestos, pero también se pueden planificar herencias y legados. Las personas jurídicas, como empresas o bancos, por su parte, se aprovechan de la no sujeción al impuesto de beneficios obtenidos por compañías constituidos en esos países, de la libertad de movimientos de capitales y de los dividendos que reciben de las filiales.
Oxfam estima que en todo el mundo la riqueza individual oculta en paraísos fiscales alcanza los 7,6 billones de dólares, lo que supone una pérdida de 190.000 millones de dólares más cada año en ingresos fiscales para los gobiernos que se podrían destinar a la educación, salud y protección social de los más pobres. De ahí que resulte especialmente llamativo que en un territorio como Europa, donde se hace gala de políticas sociales y de lucha por la desigualdad, existan este tipo de espacios, dentro de un 'mapa' que identifica más de 70 paraísos fiscales en todo el mundo. He aquí los más importantes:
Holanda, un país también bajo en impuestos
El país de los tulipanes está considerado el tercer paraíso fiscal más agresivo del mundo. El tipo nominal del impuesto de sociedades del 25% suele emplearse como argumento para disimular su papel como paraíso fiscal para empresas. Cuenta, sin embargo, con la puntuación más alta en lo que a incentivos fiscales para las empresas se refiere, y las multinacionales trasladan hasta los Países Bajos enormes cantidades de beneficios para reducir su contribución. Es conocido el caso de una compañía australiana utilizó una empresa fantasma en territorio holandés para eludir el pago de hasta 27,5 millones de dólares de impuestos en Malawi, uno de los países más pobres del mundo.
Suiza, la guarida clásica
Multimillonarios y poderosos han convertido a Suiza en uno de los paraísos fiscales más antiguos del mundo, convirtiéndole en el destino arquetípico para todo aquel que desee ocultar su riqueza o sus ganancias al fisco. También es uno de los destinos preferidos de las empresas que desean rebajar al mínimo sus obligaciones con Hacienda. No en vano, Suiza figura en el cuarto puesto de la lista de paraísos fiscales para las grandes empresas. En respuesta a las medidas internacionales que se están aplicando para erradicar la evasión fiscal, el país alpino irá eliminando gradualmente la legislación fiscal que en el presente favorece a las empresas extranjeras hasta su completa derogación en 2019. Claro que las autoridades helvéticas se han guardado las espaldas para evitar que estas correcciones produzcan un éxodo masivo de empresas y ya han avanzado que se adoptará un tipo impositivo general mucho más bajo, entre una nueva batería de incentivos fiscales.
Irlanda, el sueño esmeralda de las multinacionales
El conocido como “doble irlandés”, un vacío en la legislación fiscal que permite a las empresas foráneas trasladar sus beneficios a otros paraísos fiscales a través de una filial en la isla, ha convertido a Irlanda en un territorio de lo más solicitado en la ruta para esquivar la factura de Hacienda. Las presiones internacionales han logrado que este vacío tenga fecha de caducidad en 2020, aunque el Gobierno irlandés, como en el caso suizo, ya prepara la introducción de un nuevo paquete de ventajas e incentivos fiscales para no perder el negocio y, en consecuencia, la continuidad de los abusos. El caso más conocido es el que afecta a Apple, que se ha valido del 'relajado' sistema fiscal de la isla esmeralda para eludir impuestos por valor de 13.000 millones de dólares. Pero son muchas más las multinacionales que han encontrado allí su trébol de cuatro hojas.
Luxemburgo: pequeño pero muy evasor
Situado entre Alemania, Francia y Bélgica, y uno de los fundadores de la actual Unión Europeo, Luxemburgo quedó en evidencia a raíz del escándalo de los ‘LuxLeaks’ en 2014, que mostró cómo los acuerdos fiscales con las autoridades del pequeño estado permitieron evadir impuestos a más de 300 multinacionales. A pesar de que el escándalo obligó a Luxemburgo a sacar a la luz y compartir información sobre dichos acuerdos con otros gobiernos, el país ha anunciado recientemente hace poco una nueva concesión a las empresas, comprometiéndose a reducir el año que viene su impuesto de sociedades hasta el 18%.
Chipre: impuestos a la sombra
En la luminosa isla mediterránea, los impuestos están bien colocados a la sombra, de ahí que muchas grandes empresas la hayan escogido como uno de sus destinos preferidos para salvaguardar sus ganancias y capitales frente al fisco. El régimen fiscal de Chipre resulta en muchos aspectos insuperable. Así, entre su nutrida oferta de incentivos fiscales parea las multinacionales, destaca su rebajado impuesto de sociedades, fijado en el 12,5%, entre los más bajos de Europa.