Las Fuerzas Armadas, sin fuerzas
El Ejército lleva años apretándose el cinturón. España gasta tres veces menos que La India, cuando las obligaciones internacionales crecen y la guerra contra el fundamentalismo arrecia.
En el día dedicado las Fuerzas Armadas, queridas por casi todos pese al desprecio de la efemérides por parte de Podemos, un dato prevalece sobre los honores: España gasta poco en Defensa: la octava potencia del mundo y cuarta de la UE está, en este epígrafe, la nivel de Austria o Hungría y muy por debajo de sus homólogas.
En Francia, Alemania o Inglaterra se gasta entre cuatro y seis veces más que en España en sus Fuerzas Armadas, cifra que se dispara al compararnos con las grandes potencias de cualquier lugar del planeta: desde Arabia Saudí hasta Rusia, pasando por las dos superpotencias de Estados Unidos y China, la inversión en el Ejército deja en paños menores la nuestra.
España gasta un 0.9% del PIB en Defensa. Hasta la India llega al 2.5%
Entre los 10.000 millones españoles y los 610.000 millones americanos, hay un término medio que se explica mejor con porcentajes que con cifras absolutas, lógicamente condicionadas por factores cuantitativos: China gasta más de 200.000 millones al año, sí, pero son muchos chinos a defender. La situación de España se entiende mejor mirando al PIB: las Fuerzas Armadas consumen apenas el 0.9% del PIB nacional. En la India es del 2.5%.
De esta situación, advertida por Donald Trump pero también por la OTAN y la UE de una manera más discreta, es bien consciente el Gobierno de España, éste y cualquiera: no ha habido ministro de Defensa, desde la actual María Dolores de Cospedal hasta cualquiera de sus antecesores de distinta procedencia ideológica, que no haya defendido un aumento del presupuesto: no es sólo una cuestión estratégica y estética -el peso geopolítico de un pais también depende de esto-, sino eminentemente práctica: en un mapa global, con incesantes obligaciones de carácter humanitario, el Ejército juega un papel crucial. De hecho, la actual titular del Ministerio incluso ha puesto cifras al esfuerzo que a su juicio es necesario hacer: duplicar el presupuesto.
Pero también la guerra contra el terrorismo fundamentalista o la preservación de las fronteras son dos nuevos fenómenos que dan sentido a las Fuerzas Armadas, que en España han visto bajar a casi la mitad sus partidas para gasto corriente o inversiones en estos años de crisis. No es una reducción privativa de España: en las dos últimas décadas, la línea de caída de las Fuerzas Armadas en todo el mundo ha sido aguda, según los datos oficiales proyectados por el Banco Mundial, con excepciones de países de menor peso que, como Armenia o Argelia, han incrementado sus partidas significativamente.
Optimismo, pese a todo
A este fenómeno le ha puesto voz y cara el mismísimo Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general Fernando Alejandre, que ha reivindicado públicamente la necesidad de que aumente el gasto en defensa, ya que ha avisado de que la seguridad "es costosa" y las Fuerzas Armadas están "al límite" de sus capacidades después de "muchos años" de restricción presupuestaria.
El JEMAD compareció en la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados para explicar el proyecto de Presupuestos presentado por el Gobierno para 2017. Con la aportación disponible, ha garantizado no obstante que las Fuerzas Armadas seguirán cumpliendo con su labor, pero ha avisado de la necesidad de aumentar la dotación a medio o largo plazo. Un tono incluso caballeroso, pero con cargas de profundidad obvias.
Pese a la situación, Alejandre ha reconocido ser "muy optimista" y ha querido garantizar que en 2017 las Fuerzas Armadas cumplirán las misiones "con alto grado de eficacia". Además, cree que este presupuesto es "el arranque" de unas nuevas Fuerzas Armadas. "La seguridad no se logra únicamente con el esfuerzo de las personas, demanda recursos", ha explicado el general, que ha apuntado que las Fuerzas Armadas llevan ya muchos años "haciendo casi milagros" debido a las restricciones.
"Hemos llegado o estamos a punto de llegar a cruzar ese límite", ha avisado insistiendo en que el "ingenio" y el "esfuerzo humano" no puede compensar la "ausencia de inversiones". Alejandre ha dicho ser consciente de que España aún necesita ajustar sus cifras macroeconómicas, pero ha vuelto a reivindicar que es necesario incrementar la inversión en seguridad "tan pronto exista la posibilidad".
El general ha puesto como ejemplo que, en la última década, el presupuesto en gastos corrientes, que incluye las partidas de adiestramiento, ha pasado de 800 millones a algo más de 400 millones. También ha bajado un 30 por ciento la partida en inversiones, pasando de 900 millones a alrededor de los 300 millones actuales.
En este sentido, ha insistido en que las Fuerzas Armadas han hecho un "esfuerzo casi sobrehumano" para ajustarse a la situación del país, pero ha vuelto a avisar de que si no hay un nuevo escenario presupuestario "no será suficiente" para garantizar sus capacidades operativas en el medio y largo plazo.