Aznar y el exjefe de la OTAN sacuden a Europa por no hacer más frente al terror
Una corriente cruza Europa pidiendo una reacción más enérgica contra el radicalismo y panteando polémicas preguntas sobre la integración y la respuesta al desafío. Aznar, una de sus voces.
¿Se puede hacer más contra el terrorismo islámico? ¿Europa está preparada para ello? ¿La integración de todas las creencias es factible o hay barreras que no se pueden desechar? ¿El muticulturalismo es un ideal razonable o una quimera inalcanzable? Éstas y otras preguntas cruzan probablemente la mente de millones de ciudadanos, pero no han trascendido al debate público y político, por temor a pisar terrenos pantanosos de consecuencias imprevisibles.
Aznar tilda de problema la integración en su modelo actual y pregunta si la UE puede asimilar a millones de musulmanes
Aún así, algunos referentes de la política europea de las últimas décadas, se las han planteado, y las han respondido, en un foro organizado por el Instituto Atlántico de Gobierno, la entidad académica presidida por José María Aznar que ofrece formación académica en liderazgo y, también, un laboratorio de pensamiento que no se atiene a los cánones de corrección habituales en el espacio público.
Un ejemplo ha tenido lugar esta misma semana, con el propio Aznar al frente de una reflexión que no deja indiferente. Según el expresidente, no será posible ganar la "batalla" contra el terrorismo si la decisión que se adopta es "mirar para otro lado o no hacer nada". "La peor política posible es no hacer nada, eso es lo peor que podemos hacer", ha defendido dos días después del atentado perpetrado en Londres.
El papel de la OTAN
En la inauguración de un foro del Instituto, Aznar ha subrayado que Europa vive "bajo la amenaza del terror" y debe hacerla frente. Ha compartido este mensaje con el ex secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, quien ha sostenido que la Alianza Atlántica podría hacer mucho más de lo que hace contra el terrorismo.
Aznar también ha defendido que "uno de los problemas de Europa es la multiculturalidad" y ha cuestionado la entrada de Turquía en la Unión Europea. "¿La UE tiene capacidad de apoyar y mantener a 80 millones de musulmanes dentro de la Unión?", ha preguntado.
Las palabras de Aznar, un político respetado en Estados Unidos como pocos otros europeos, enlazan con una amplia corriente que reclama un cambio severo en la repuesta legal y política de la Unión a un desafío que dura ya tres décadas, aunque siga siendo presentado como un fenómeno nuevo tras el recrudecimiento de atentados en los dos últimos años, con más de 300 víctimas en distintos atentados fundamentalistas.
¿Un cambio en Europa?
Con Trump como emblema del giro, al anunciar como una de sus polémicas primeras medidas el veto a la entrada a su país de inmigrantes procedentes de países dominados por el radicalismo, la Europa convencional ha optado hasta ahora por mantener un equilibrio entre las respuestas al pulso sangriento y el mantenimiento de un espacio de libertades y derecho en el que la integración estaba por encima siempre de la sospecha preventiva.
Ese mensaje, ubicado en el ideal europeo como espacio multicultural, ha sido puesto en solfa por políticos etiquetados como populistas, desde Le Pen en Francia hasta Farage en Reino Unido o Putin en Rusia, pero no había traspasado la barrera para incluirse en el discurso de los dirigentes tradicionales hasta este fin de semana.
La presidenta británica, Theresa May, rompió un tabú y, en la misma línea del Instituto Atlántico aunque con otras palabras, sugirió el fracaso de la política habitual e incluso denunció la tolerancia europea con la islamización radical ocurrida dentro de su propio espacio.
Revilla, en 2016, en la Feria de la Alubia
El mensaje de Aznar coincide con la sonora polémica suscitada por el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que situó el origen de la cadena de atentados en la llamada 'foto de las Azores', el encuentro en la isla portuguesa entre Bush, Blair, el propio Aznar y Durao Barroso que simbolizó, a juicio de sus detractores, el inicio de la guerra de Irak en los años 90.
En realidad, el fundamentalismo ya dejaba muertos en Europa desde mucho antes de esas fechas: en España, sin traspasar otras fronteras, 18 personas murieron en 1985 tras un brutal atentado en el restaurante El Descanso, cerca del aeropuerto de Barajas, en lo que es considerado el primer ataque radical en suelo nacional. Y al respecto de Irak, Francia fue uno de los países más críticos con ese conflicto y, sin embargo, es hoy uno de los objetivos preferentes del yihadismo.