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Enrique Redondo de Lope

María Marte; el talento más allá del personaje

Llegó al Club Allard para limpiar y hoy es la jefa de cocina. Es María Marte, dominicana, genial y dueña de dos estrellas Michelín que pronto pueden ser tres. Un talento tallado de esfuerzo.

María Marte, en su cocina en el Club Allard

María Marte, en su cocina en el Club Allard

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“Cenicienta Michelin”, “heroína de Disney”, “Protagonista de un cuento de hadas”… todo eso, y mucho más, es lo que se ha dicho de María Marte, protagonista de una de las historias más emotivas del competitivo, exigente (y a veces despiadado) mundo de la gastronomía.

Es una historia de superación. Es una gran cocinera, con una creatividad fuera de lo normal y una personalidad muy acusada

Pero eso es solo la superficie. Cierto que su irrupción en el mundo de la alta cocina ha supuesto un aldabonazo a un sector tan acostumbrado a canibalizar estrellas como sobrado de machismo, pero al margen de circunstancias personales y un background que la ha convertido en una luchadora correosa e inmune a las dificultades, María Marte ha sabido ganarse el respeto de los profesionales, a base de talento.

Desde la República Dominicana

Porque esta dominicana, pequeña, coqueta y muy muy despierta es algo más que la protagonista de una historia de superación. Es una gran cocinera, dotada de una creatividad fuera de lo normal y una personalidad muy acusada en un mundo tan cerrado y gregario como la Gastronomía. "La gente dice que soy una luchadora, pero no es del todo cierto. No creo que sea eso lo que mejor me defina. Antes que nada soy una soñadora, pero tuve que luchar y hacerme dura para conseguir mis sueños". Y esos sueños han sido, y son, realmente exigentes.

Cocinera autodidacta llega con 24 años a España buscando un sitio en el mundo de la cocina. Así entra como limpiadora en el Club Allard, pidiendo enseguida colaborar en los fogones; la dirección aceptó pero con la condición de no desatender sus obligaciones con la limpieza. Y así se podría decir que María se inició en la alta cocina profesional mediante una menestra.

En un momento pico de trabajo, cuando ella solo era solo una ayudante de cocina, se la encargó que hiciera ese plato. Cristina, la maître, comento que les había encantado a los clientes, y que querían felicitar al cocinero. “A los pocos días me entregaron una preciosa y carísima chaquetilla de algodón egipcio, mi primera chaquetilla española. El sueño acababa de comenzar”.

De fregar a reinar

El resto es historia. El año 2007 trajo al Club Allard su primera estrella Michelin. Con María ya como mano derecha del Chef Diego Guerrero, que tres años después la nombraría jefe de cocina. El año 2011 obtendrán la segunda estrella. Pero en Octubre del 2013 Diego Guerrero decide montar su propio restaurante. Acababan de revalidar las dos estrellas y la guía Michelin ya está impresa. María es nombrada Chef y tras un año durísimo, consigue revalidar las codiciadas estrellas.

La chef ha logrado dos estrellas MIchelín y va a por la tercera. Nadie lo consigue sólo por trabajar mucho

Porque ella había doblado turnos con tal de estar cerca de los fogones, pero su éxito no se basa solo en su ímpetu y en su trabajo, sino, y fundamentalmente, en su talento. Y es que como comenta uno de los más relevantes chefs madrileños, “Nadie logra dos estrellas Michelin solo por trabajar mucho”.

“No uso nitrógeno. Respeto a todo el mundo, pero mi cocina es natural”. María trabaja sus creaciones mediante el respeto a los alimentos, buscando innovar y sorprender pero dentro de un respeto por el trabajo bien hecho, herencia de una cocina artesanal y sincera, la que conoció desde niña en el restaurante de su padre, allá en su Jarabacoa natal, donde creció. rodeada de naturaleza e impregnada del aroma “a frescura, a hierba y a flores. A mermeladas, leche de coco y rocoto".

El Caribe en un plato

Y en una época donde los grandes Chefs son estrellas mediáticas que no paran de viajar y dar conferencias, se dice de ella que es de los pocos “chefs Michelin” que están todo el día en la cocina, y, lo que es más inusual, cocinando (“¿De qué me vale estar en la cocina si no cocino? Siempre estoy haciendo algo, me encanta motivar a mi equipo y enseñarles cosas nuevas. Tengo la ventaja de ser del Caribe y de ahí le muestro cosas que desconocen”).

Emprendedora desde su adolescencia, montó un negocio de catering en su ciudad natal, pero se le quedó pequeño. Y España era su destino natural, donde vivía el padre de sus hijos. "Yo creo que los matices y las raíces de República Dominicana están siempre presentes en mis platos". Porque María nunca ha querido olvidar de donde viene, y tampoco quien la ayudó.

Acaba de publicar en Espasa su deliciosa biografía, “Soñar, luchar, cocinar”

Así, siempre que la preguntan sobre la posibilidad de abrir su propio establecimiento, responde que está muy a gusto en el Club Allard, el único establecimiento donde ha trabajado en España, y siempre agradece el apoyo y la ayuda que la proporcionó (y sigue proporcionándola) Luisa Orlando, socia y directiva del Club Allard, y una de las personas que más creyeron en el potencial de la dominicana cuando Diego Guerrero decide abandonar el proyecto.

Amiga de sus amigos (“Martín Berasategui en muy amigo mío. Le respeto y le admiro: tras coincidir en la radio me invito a su casa y ahora siempre procuramos estar en contacto”) detrás de esa dulzura tan caribeña también se esconde una fuerte personalidad que le hace no querer esconder cuando algo no le gusta.

Muy femenina

Delicada y femenina, sus creaciones destilan una elegancia y brillantez que la hacen diferente. Así, uno de sus platos estrellas es el denominado “Flor de Hibiscus”, una creación sutil y armónica con el que quiso plasmar la dulzura de la mujer caribeña. "Es un plato que no quisiera que desapareciera nunca de mi cocina. Dondequiera que esté me llevaré la flor, puesto que hasta tatuada la llevo. Irá conmigo hasta el último día de mi vida".

Y es que María Marte tiene mucho que contar. Acaba de publicar su biografía “Soñar, luchar, cocinar” (Espasa) donde no solo cuenta en primera persona su historia de trabajo y superación y el trayecto desde la República Dominicana hasta alcanzar el puesto de Chef Ejecutivo del reputadisimo Club Allard, sino que va más allá al mostrar sus recuerdos y anhelos más personales.

Porque María sin duda ha vivido una historia de cuento, ha sido una Cinderella entre fogones y pese a ser la única cocinera latinoamericana con dos estrellas Michelín, ella no da por terminada la película. “Mi cuento no ha terminado, sino que acaba de comenzar. Voy a seguir cada día levantándose con entusiasmo y con ganas de seguir cocinando. Nos espera la tercera estrella Michelín". Porque María es una creadora más allá de su mediática historia. Es sobre todo una artista con un talento descomunal.


La entrevista a María Marte, al completo

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