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Pilar Enjamio (*)

El caso de Patricia Aguilar como emblema de la captación por sectas

Las sectas prometen remedios infalibles a problemas complejos, pero terminan secuestrando a personas jóvenes en una crisis vital. El caso de Patricia Aguilar resume este brutal fenómeno.

El cartel de Patricia Aguilar difundido cuando desapareció en enero de 2017

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La peligrosidad de las sectas es de una enorme magnitud y, debido a las armas utilizadas tanto en la captación como en la imposibilidad forzosa del abandono, debemos olvidar la mayoría o minoría de edad.

Es a todas luces un claro secuestro y anulación de identidad y personalidad propias. En esta etapa de rebeldía y exploración de nuevos mundos, no son conscientes de los peligros hasta que se dan de bruces con ellos, poniendo en riesgo su integridad y su vida. Se aprovechan de situaciones y problemas de los jóvenes, ofreciéndoles la panacea y solución a sus angustias vitales.

Conocen los problemas de los adolescentes y utilizan recursos como la hipnosis y las drogas

Por supuesto, el entorno y la familia son enemigos a derribar. Patricia Aguilar, de Elche, cumplía el pasado 7 de enero su mayoría de edad. Celebraría su cumpleaños con amigos en una casa de campo y ya dormiría allí. Falsa afirmación. Se fue a otro país llevándose seis mil euros del dinero familiar.

Posteriormente, al examinar su habitación, se vieron folletos, papeles de cómo casarse en Perú, rituales de un grupo Gnosis. Más que un grupo religioso o filosófico de conocimiento, como signigica su palabra, es una secta detructiva dirigida por un líder psicópata y enfermo de origen peruano.

Perfiles falsos para captar

Por supuesto dispone de varios perfiles en Facebook, uno de ellos como Guivanny Misteiro. En este perfil alienta a las chicas que quieran alejarse de su país y de su casa que le escriban.

Este acomplejado, acaso con nula suerte en las relaciones si no es por la fuerza, es uno de los siete líderes peruanos de esta secta latinoamericana con seguidores en España.

Patricia Aguilar sufrió mucho con la muerte de un tío con 29 años y empezó a conectar con estos grupos íntimamente ligados a lo esotérico y al tarot. Incluso, les dicen, conectan con el espíritu de la persona se ha ido y de este modo eliminan el dolor y duelo de un plumazo.

Tenía 16 años y fueron captándola hasta que a los 18 se fue a Perú con un luminario, que convive con ocho esposas o jóvenes sumisas en su piso y que están obligadas a favores sexuales a cambio de su protección espiritual. Vendrá el fin del mundo pero antes, gratuitamente, les operará los pechos y disminuirá las caderas gratis.

Incluso sacrificios

Conocen los problemas adolescentes de no hallarse a gusto con el propio cuerpo, en una etapa de cambios hormonales y percepciones de la realidad. Una vez lograda la captación, las armas son, además de la hipnosis y control mental, las drogas y los alucinógenos. En el pasado mes de marzo, el día 18, un piloto avisó de que había una joven dopada y balbuceando. Acompañándola había un hombre no la dejaba hablar, coartaba su libertad y la acompañaba al aseo.

Manipulación, engaño, desorientación, convirtiendo personas en robots. Y en alguna secta incluso ofreciéndolas como sacrificio a Satán a cambio de poder. En países como Brasil, Cuba, Santo Domingo, el vudú se realizaba después de una mezcla de drogas; tetradotoxina, datura metal y datura stramonium que transformaban a personas en muertos vivientes o zombies.

Hace escasos días Patricia envió un whatsap con un "hola, qué tal". Era para saber cómo está la situación aquí. Piden dinero bajo amenazas y destruyen archivos de ordenador que puedan implicarles. Su justificación es la mayoría de edad y su explicación que la problemática es la abducida y secuestrada, nunca ellos.

No son psicóticos, saben lo que hacen. Deberían estar a buen recaudo pero en el camino fallan muchos controles a nivel estatal y legal que deberían revisarse.



Pilar Enjamio es psicóloga