Educar en libertad
La presidenta del PP en la Comunitat Valenciana traza un paisaje desolador del Tripartito que gobierna la Generalitat y sus decisiones en educación, sanidad o acercamiento al secesionismo.
Las familias de la Comunidad de Valencia afectadas por los cambios educativos, protestando en mayo
Los valencianos estamos viviendo en nuestra autonomía una pesadilla por las cortapisas que se pone a los ciudadanos a la hora de ejercer su libertad de elección. El PSPV de Ximo Puig ha puesto coto a los conciertos sanitarios demonizándolos pese al grado de satisfacción y la eficacia de los hospitales que desarrollan su actividad bajo ese régimen.
La supresión de 31 unidades concertadas va a afectar a 25 colegios, 6.770 familias, 8.125 alumnos y 124 profesores.
Es, sin embargo, en el área educativa donde Compromís –con Mónica Oltra y Vicent Marzà (consejero de Educación) a la cabeza– está aplicando una política si cabe más sectaria y agresiva contra los intereses de los valencianos, alicantinos y castellonenses. La supresión de aulas concertadas es el comienzo de un proceso continuo de erradicación de esta enseñanza reconocida en la Constitución Española como complementaria y no como subsidiaria de la pública.
Miles de afectados
La elección de 250.000 familias valencianas por la enseñanza concertada, muchas más en el conjunto del Estado, no es de un partido político sino que corresponde a la libre decisión de cómo educar a sus hijos y amparados por lo recogido en la Carta Magna. La supresión de 31 unidades concertadas de Bachillerato para el próximo curso va a afectar a 25 colegios, 6.770 familias, 8.125 alumnos y 124 profesores.
Valencia se manifiesta
Son cifras para la reflexión, como también lo son las manifestaciones multitudinarias que la comunidad educativa ha celebrado en las calles de la Comunidad Valenciana. La última que tuvo lugar en Valencia congregó a más de 40.000 personas que clamaban contra la imposición. Pero esas quejas son ignoradas y menospreciadas por el Gobierno autonómico valenciano.
Ximo Puig se ha escondido detrás de una careta de hombre Estado pero defiende con vehemencia la política educativa de su socio de gobierno, por lo que demuestra ser un radical y fan del sectarismo ideológico. Puedo asegurar que el PP garantizará la libertad de las familias para elegir centro educativo: sin titubeos.
Ese ataque a la libertad y el intervencionismo de los poderes públicos hasta en la esfera más íntima de los ciudadanos es vitoreada por el apoyo parlamentario de Puig y Oltra que no es otro que Podemos, pero es rechazado por los ciudadanos y lucharemos para frenar ese atropello autoritario.
Contra la concordia
El Gobierno regional no se ha quedado ahí, sino que ha atizado con fuerza el fuego del nacionalismo. Y la educación no escapa a ese deseo de emular lo que sucede en Cataluña. La inmersión lingüística es una aspiración que los dirigentes actuales tienen desde hace años. Puig y Oltra son un ariete para derribar el muro de la concordia y el pie de igualdad en el que los valencianos ejercen el uso de las dos lenguas cooficiales: el valenciano y el castellano.
Atizan con fuerza el fuego del nacionalismo. Y la educación no escapa a ese deseo de emular lo que sucede en Cataluña
El decreto de plurilingüismo es un claro ejemplo de la ruptura de la igualdad de oportunidades que la Constitución también blinda en la enseñanza. Los alumnos que escojan la línea en valenciano tendrán más horas lectivas en inglés y los que se decanten por el castellano tendrán que conformarse con menos.
Ante las continuas demandas el Gobierno autonómico dio la posibilidad de que los centros que opten por el castellano destinen las dos horas y media de libre disposición a impartir inglés.
Discriminación
Esto es, que para equipararse a los niveles avanzados de inglés tendrán que utilizar este tiempo obligatoriamente en enseñar esta lengua, mientras que los alumnos de la línea en valenciano pueden destinarlo a reforzar matemáticas o cualquier otra asignatura.
Esa discriminación es injustificable y el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana ha decidido paralizar el decreto por considerar que pone en riesgo los derechos de los alumnos.
En barracones
La aportación del tripartito al sistema educativo es deplorable, incluso su propuesta estrella para el pacto educativo nacional es eliminar las repeticiones de curso. En vez de promover el esfuerzo y la motivación trasladan a los alumnos un mensaje contraproducente del que se desprende que da igual trabajar o no porque al final todos obtendrán el mismo resultado.
Ni siquiera Puig, Oltra y los responsables de los diferentes departamentos de la Generalitat garantizan el mantenimiento, planificación y construcción de centros educativos. Aseguraron que eliminarían los barracones en las tres provincias pero la realidad es que todas las obras que se comprometieron a realizar en el primer semestre de este año no están siquiera licitadas y esos barracones continúan de forma total o parcial en 16 colegios.
Control social
Es pues un panorama desolador el que deja el Ejecutivo autonómico que encabeza Ximo Puig. La obsesión por el pensamiento único, el control de la sociedad desde las edades más tempranas y la ruptura con las garantías constitucionales refrendadas por los españoles les ha hecho perder el norte.
La Comunidad Valenciana no puede estar sin rumbo en un área como la educativa que es clave para la formación de las generaciones que han forjar una región sólida, pujante, emprendedora y donde el esfuerzo y el talento deben ser el sello de distinción. El PP estará vigilante y no cejará en su empeño por defender la libertad, con mayúsculas, de las personas.
